Cada 18 de mayo, Argentina celebra el Día de la Escarapela, un emblema que nació en 1812 por iniciativa del General Manuel Belgrano, quien solicitó su creación para distinguir a los patriotas en la lucha por la independencia.
La escarapela, con sus colores celeste y blanco, se convirtió en un símbolo de identidad nacional y orgullo popular. Este día invita a reflexionar sobre la historia y la unidad del pueblo argentino, recordándonos la importancia de los símbolos que nos representan y nos unen como nación.