En los últimos días, Argentina ha sido testigo de una serie de manifestaciones que han sido reprimidas con violencia por parte de las fuerzas de seguridad.
En este contexto, canales como LN+, A24, TN, y otros afines al gobierno de Javier Milei, han adoptado un enfoque que genera controversia. Estos medios suelen enfocarse más en criticar a los manifestantes, etiquetándolos como “barrabravas” o “patoteros”, y justificando las acciones policiales como medidas de defensa, en lugar de cuestionar el uso excesivo de la fuerza.
Un caso que ha generado indignación es el del fotógrafo Pablo Grillo, quien resultó gravemente herido al recibir un proyectil de gas lacrimógeno en la cabeza durante una manifestación. Sin embargo, en lugar de mostrar solidaridad con su colega, estos medios han minimizado el incidente, sugiriendo que fue un “accidente” debido a su profesión. Esta falta de empatía y objetividad es preocupante, especialmente cuando se considera que muchos de estos periodistas opinan desde la comodidad de sus estudios, sin necesidad de enfrentar los riesgos que corren los reporteros en el terreno.
Además, la cobertura de estos canales ha sido criticada por su tendencia a recibir información directamente del Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, lo que sugiere una falta de independencia en su reportaje. Esto ha llevado a que se cuestione si realmente están informando o simplemente difundiendo la narrativa oficial.
En contraste, colegas de prensa que cubren las manifestaciones directamente han expresado su descontento con esta cobertura sesgada, destacando que los hechos en el terreno no siempre coinciden con la versión presentada por estos medios. El caso de una jubilada golpeada durante una protesta, que fue prácticamente ignorado por estos canales, también refleja esta tendencia a desestimar los abusos policiales.
En conclusión, la cobertura de los medios afines al gobierno de Javier Milei ha generado un debate sobre si están defendiendo la seguridad pública o encubriendo acciones policiales cuestionables. La falta de solidaridad con periodistas heridos y la minimización de incidentes graves sugieren una línea editorial que prioriza la narrativa oficial sobre la objetividad periodística. Esto plantea serias preocupaciones sobre la libertad de prensa y la capacidad de los medios para informar de manera justa y equilibrada en momentos de tensión social.
La cobertura sesgada de los medios no solo afecta la percepción pública de los eventos, sino que también socava la confianza en la prensa como institución fundamental para la democracia. Es crucial que los medios mantengan su independencia y compromiso con la verdad para garantizar que la sociedad reciba una información completa y equilibrada, especialmente en tiempos de conflicto.