El reciente episodio que involucra amenazas a un delegado sindical en Córdoba ha causado conmoción y un amplio repudio en el mundo gremial. El hecho ocurrió cuando Martín Sanz, delegado sindical de SATIVA (Sindicato Argentino de Trabajadores de la Industria del Vidrio y Afines), fue amenazado por dos altos dirigentes de SOIVA Córdoba en presencia de un directivo de la empresa Crystal Cord.
Desde la CTA Autónoma bonaerense, se emitió un enérgico comunicado de solidaridad con Sanz, denunciando el ataque como una agresión no sólo contra un trabajador, sino contra el derecho democrático y la libertad sindical. Oscar de Isasi, secretario general de la central, condenó el episodio y expresó apoyo al trabajador “elegido por sus compañeros”, y subrayó: “Desde nuestra central entendemos que la libertad y la democracia sindical son el único camino para construir poder organizado de la clase, defender y conquistar derechos, y terminar con estas prácticas violentas de algunos dirigentes”.
Por su parte, SATIVA calificó el hecho como un “acto mafioso, cobarde y propio de un modelo sindical que se descompone ante el crecimiento de la organización legítima, democrática y combativa de los trabajadores de base”. La organización respaldó la denuncia penal presentada por Sanz y responsabilizó directamente a Daniel Oviedo, secretario general de SOIVA Córdoba, por cualquier atentado contra la integridad de Sanz o de la representación obrera de SATIVA. Además, SATIVA hizo un llamamiento a todo el movimiento obrero para pronunciarse contra la impunidad y el “apriete”, instando también a la Justicia, el Ministerio de Trabajo y los organismos de derechos humanos a intervenir de inmediato.
Este conflicto no es un hecho aislado y se da en el marco de la irrupción de SATIVA, que ha sumado representantes entre los trabajadores de la fábrica Crystal Cord, desplazando la hegemonía del SOIVA. Trabajadores del sector reconocen que la reacción violenta por parte del clásico sindicato corresponde a la pérdida de representación y legitimidad frente a las nuevas formas organizativas sindicales, más participativas y democráticas.
El caso desnudo una vez más la tensión entre modelos sindicales y la urgencia de garantizar la libertad y la democracia sindical como herramientas para la defensa de los derechos laborales y de la integridad de los trabajadores. El respaldo de la CTA Autónoma y de SATIVA a Martín Sanz es un fuerte testimonio de lucha contra las viejas prácticas y a favor de un sindicalismo al servicio de la clase trabajadora.
