El 20 de octubre de 1975 marcó un hito en la exploración espacial con la llegada de Venera 9, la sonda soviética que logró aterrizar en Venus y transmitir las primeras imágenes de la superficie de otro planeta.
Esta misión proporcionó información valiosa sobre la atmósfera densa y la temperatura extrema de Venus, revolucionando la comprensión científica sobre planetas similares a la Tierra. La tecnología empleada se enfrentó a grandes desafíos debido a las condiciones hostiles. El éxito de Venera 9 sentó las bases para futuras investigaciones planetarias y consolidó a la Unión Soviética en la carrera espacial.