El intendente de Valenzuela continúa impulsando una política de reducción de tasas e impuestos con la intención de replicarla en otros municipios, argumentando que esta medida permitirá mejorar el desarrollo económico local y, en consecuencia, favorecer una mejora en los salarios de los trabajadores municipales.
Sin embargo, la realidad de muchos distritos como Tres de Febrero muestra un panorama muy distinto: los empleados municipales aún perciben salarios inferiores a los 500 mil pesos mensuales, muy por debajo de un salario digno que permita cubrir las necesidades básicas. Esta situación evidencia una brecha entre las políticas públicas orientadas a beneficiar a las grandes empresas y la realidad de los trabajadores que sostienen el funcionamiento de los municipios.
Mientras las grandes compañías gozan de importantes ahorros fiscales gracias a la baja de tasas y exenciones impositivas, los empleados municipales continúan luchando para cubrir la canasta básica, con remuneraciones que están mucho más cerca de la pobreza que de la mejora salarial que promete la reducción de impuestos.
Activistas y sindicatos locales han señalado la necesidad de que las decisiones en torno a la política fiscal tengan un enfoque equilibrado, que no solo beneficia a los grandes inversores sino que también garantiza salarios dignos para los trabajadores públicos, que a diario sostienen el desarrollo de los municipios con su tarea.
La discusión está abierta y pone en el centro la pregunta: ¿pueden las políticas de reducción fiscal implementadas por Valenzuela y replicadas en otros distritos traducirse en una mejora real para los salarios municipales, o solo representar un alivio para las grandes empresas a la costa del bienestar de los trabajadores?