El 15 de junio de 1918 marcó un hito en la historia educativa y política de Argentina con la irrupción de los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba en la Asamblea Universitaria para impedir la asunción del rector conservador Antonio Nores.
Este acto fue el punto de partida de la Reforma Universitaria, un movimiento que exigió autonomía universitaria, cogobierno, concursos públicos para cargos docentes y libertad de cátedra, enfrentándose a un sistema rígido y dominado por intereses eclesiásticos y políticos.
El contexto de la época mostraba universidades con cargos vitalicios, planes de estudio obsoletos y escasa participación estudiantil. La creación de la Federación Universitaria Argentina meses antes había organizado a los jóvenes para reclamar una educación más democrática y moderna. A pesar de que en esa Asamblea votaron por primera vez los profesores, Nores fue impuesto, lo que desató la huelga estudiantil y la redacción del Manifiesto Liminar por Deodoro Roca, que reafirmó los reclamos.
El movimiento, aunque reprimido inicialmente con la intervención del Ejército ordenada por el presidente Hipólito Yrigoyen, fue imparable y se extendió por todo el país y luego a otros países latinoamericanos, dejando un legado de participación democrática en las universidades y la modernización educativa. La Reforma Universitaria es considerada una de las revoluciones estudiantiles más importantes del siglo XX, que sentó las bases para la autonomía universitaria y la educación pública inclusiva en América Latina.