Un 13 de abril de 1204, se produce la Cuarta Cruzada, inicialmente destinada a liberar Tierra Santa, cambió su rumbo hacia Constantinopla, la capital del Imperio Bizantino.
El 13 de abril de 1204, las fuerzas cruzadas, lideradas por Bonifacio de Montferrato y Balduino de Flandes, conquistaron la ciudad, marcando el fin del Imperio Bizantino y el establecimiento del Imperio Latino. Este evento tuvo un impacto profundo en la historia política y religiosa de Europa