TRES DE FEBRERO: VALENZUELA ACUSA A SUS «COLEGAS» DE SER «DEGENERADOS FISCALES»
El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, volvió a encender la polémica en redes sociales al criticar duramente a otros dirigentes políticos por su manejo de las finanzas públicas. «Cada vez es más evidente la importancia de bajar impuestos para captar inversión y crear trabajo.
Muchos colegas no lo entienden y siguen creyendo que es mejor aumentar las tasas y el gasto público. Es importante que hablemos de los ‘degenerados fiscales’!», publicó en su cuenta de X (ex Twitter).

La apuesta por la baja de tasas
Valenzuela sostiene que su política de reducción de tasas municipales busca atraer inversiones y fomentar la creación de empleo en el distrito. Según el jefe comunal, esta estrategia estaría generando interés por parte de bancos privados para instalarse en Tres de Febrero. Sin embargo, hasta el momento no existen datos oficiales que respalden un aumento significativo en la cantidad de créditos otorgados a empresas locales como resultado directo de la baja de tasas.
La voz de los comerciantes
Desde el sector comercial, algunos referentes reconocen que la simplificación de trámites y la reducción de ciertos sellos han agilizado el proceso de habilitación de negocios. “Ahora ahorramos tiempo y algunos costos menores, pero abrir un comercio sigue siendo caro”, comentó un comerciante de Ciudadela. Otros sostienen que, aunque la burocracia es menor, los costos fijos y los impuestos municipales siguen representando un desafío importante para la rentabilidad.
Debate abierto sobre el modelo fiscal
Las declaraciones de Valenzuela reavivaron el debate sobre el modelo fiscal que deben adoptar los municipios para fomentar el desarrollo local. Mientras algunos intendentes priorizan el aumento de la recaudación para sostener el gasto público y los servicios, otros, como Valenzuela, apuestan a la baja de impuestos como motor de crecimiento.
Por ahora, la evidencia sobre el impacto real de estas políticas en la economía local es limitada. Lo cierto es que la discusión sobre el equilibrio entre presión fiscal, inversión y empleo está lejos de saldarse y promete seguir generando controversias en el ámbito político y empresarial.
