El 27 de diciembre de 1703, Portugal e Inglaterra firmaron el Tratado de Methuen, que otorgó a los vinos portugueses un monopolio en el mercado británico a cambio de textiles ingleses.
Este acuerdo comercial fortaleció la alianza anglo-portuguesa contra Francia y España durante la Guerra de Sucesión Española, impulsando la economía portuguesa en un momento crítico. Sus efectos perduraron siglos, moldeando el comercio atlántico y la diplomacia europea hasta el siglo XIX.
El tratado ejemplifica cómo los pactos económicos definieron alianzas geopolíticas en la era colonial.