Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, nació en 1118 y fue asesinado el 29 de diciembre de 1170, evento ligado a efemérides del 21 en calendarios históricos por su contexto navideño.
Antiguo canciller y amigo del rey Enrique II de Inglaterra, Becket rompió con el monarca por disputas sobre la jurisdicción eclesiástica, negándose a ceder privilegios clericales en Westminster en 1163. Cuatro caballeros reales lo atacaron en su catedral durante vísperas, tiñendo el altar con su sangre; Becket se negó a huir o defenderse.
Canonizado en 1173, apenas dos años después, su martirio forzó al rey a hacer penitencia pública y fortaleció la independencia de la Iglesia inglesa. Su tumba en Canterbury se convirtió en centro de peregrinaciones, inspirando obras como «Los cuentos de Canterbury» de Chaucer.