San Lorenzo sumó este sábado un buen triunfo por 3-1 en su visita a Atlético Tucumán, en un partido que arrancó con todo y amenazó con complicársele en un escenario caldeado por una de las -demasiado- usuales actuaciones de Fernando Espinoza, un verdadero especialista en generar controversia. Tres expulsados entre los futbolistas más un entrenador dieron cuenta de ello.

Ya desde el inicio, tras el reclamo por un supuesto penal, el juez del partido comenzó a cobrar protagonismo y no de la mejor manera… Al minuto, se dirigió al banco local y expulsó a Lucas Pusineri haciendo el gesto de que se fue de boca, pero la acción anticipó una noche de ánimos caldeados.

A los siete minutos, Iván Leguizamón se desmarcó en el área y batió a Tomás Marchiori y a los 18 Nahuel Barrios definió por izquierda tras un desborde propio para aumentar. A los 24, se puso en partido el local cuando Nicolás Romero desvió un remate de Guillermo Acosta para culminar una jugada en la que Augusto Batalla había sacado una pelota imposible.

Sin embargo, el clima volvió a enrarecerse a los 43. El VAR detectó una jugada de expulsión de Ignacio Maestro Puch por un planchazo a Andrés Vombergar, y decretado el asunto Espinoza tomó la peor decisión ante los reclamos tucumanos: provocó a Guillermo Acosta, quien no se achicó y también vio la roja. De golpe, el anfitrión quedaba con nueve y su público comenzó a arrojar objetos al campo -la ligó el médico de San Lorenzo- en un enojo que amenazó todo el tiempo con no dejar continuar el partido hasta entrado el complemento.

En efecto, lo que bajó un poco la calentura local fue la expulsión a los siete de Gastón Hernández por una falta sobre el ingresado Renzo Tesuri. Y enseguida, a los 12, el Azulgrana estiró diferencias con otro golazo de Iván Leguizamón tras una gran jugada por izquierda.

Aún sin el vértigo que le imprimía estar a un gol en el marcador, el Decano no se olvidó de seguir atacando pero falló y no logró ponerse a tiro. San Lorenzo se llevó un premio inmenso para seguir al acecho de River con un partido más, y Atlético se quedó con las manos vacías pese a su enorme esfuerzo, para mantenerse en la zona baja de la tabla.