SALUD MENTAL EN TRES DE FEBRERO: POLÍTICAS PÚBLICAS QUE PARECEN ESTAR AUSENTES
Tres de Febrero, uno de los municipios más densamente poblados del conurbano bonaerense, se enfrenta a una crisis en la atención de la salud mental que afecta a miles de sus habitantes.
A pesar de ser una cuestión de creciente preocupación, las políticas públicas en esta área crucial han sido notoriamente insuficientes, dejando a muchas personas sin el apoyo necesario.
Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, ha llevado adelante una gestión que, aunque ha priorizado ciertos aspectos del desarrollo urbano y la infraestructura, ha dejado grandes vacíos en términos de salud mental. Las estadísticas son alarmantes: un aumento significativo en los casos de depresión, ansiedad y otros trastornos mentales, exacerbados por la pandemia de COVID-19, ha puesto en evidencia la falta de recursos y de una estrategia clara para abordar estos problemas.
Testimonios de la Comunidad
Emiliano Medrano, secretario general de la CTA Autónoma de Tres de Febrero, ha sido una voz crítica respecto a la situación. “La salud mental es una deuda pendiente en nuestro municipio. Los centros de atención están saturados y los profesionales no dan abasto. Es urgente que se destinen más recursos y se desarrollen políticas integrales para atender a nuestra población”, comenta Medrano, quien ha visto de cerca el impacto de esta crisis en la comunidad trabajadora.
Los ciudadanos también han levantado sus voces. María, una vecina del barrio de Loma Hermosa, comparte su experiencia: “Mi hijo de 16 años comenzó a tener ataques de pánico el año pasado. Encontrar un psicólogo disponible fue casi imposible, y las consultas particulares son muy caras. Nos sentimos abandonados”.
Falta de Infraestructura y Recursos
Uno de los problemas más acuciantes es la falta de infraestructura adecuada. En Tres de Febrero, los centros de atención primaria de la salud (CAPS) suelen estar desbordados y no cuentan con el personal especializado suficiente. Además, las listas de espera para acceder a tratamientos psicológicos y psiquiátricos son largas, lo que retrasa considerablemente el inicio de terapias esenciales para los pacientes.
La inversión en salud mental ha sido históricamente baja en comparación con otras áreas. Los fondos destinados a programas de prevención y tratamiento son escasos, y las campañas de concientización brillan por su ausencia. Esto no solo afecta a quienes padecen trastornos mentales, sino también a sus familias, quienes deben lidiar con el estrés y la incertidumbre sin el apoyo necesario.
Propuestas y Soluciones
La situación requiere una respuesta inmediata y multifacética. Emiliano Medrano y otros líderes comunitarios han propuesto varias iniciativas para abordar la crisis. Entre ellas se incluyen:
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Aumento del presupuesto en salud mental: Incrementar los fondos destinados a la contratación de profesionales y a la mejora de las infraestructuras existentes.
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Desarrollo de programas de prevención: Implementar campañas educativas en escuelas y comunidades para reducir el estigma y promover la detección temprana de trastornos mentales.
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Fortalecimiento de la red de apoyo comunitaria: Crear y apoyar grupos de ayuda mutua y líneas de atención telefónica para ofrecer contención y asesoramiento inmediato.
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Capacitación de personal: Formación continua para los profesionales de salud y educación para identificar y tratar problemas de salud mental de manera efectiva.