“Encendemos una vela por cada niño que llega a nuestra institución, por cada mañana que nos colgamos el estetoscopio, por cada guardia sin dormir, por cada abrazo con esas madres, por cada médico que asiste”. Así plantearon en su convocatoria a una marcha de velas en el centro de la Ciudad de Buenos Aires las y los residentes del hospital pediátrico que hoy está en boca de todo el país.
La simpatía que se ganó la pelea de las trabajadoras y los trabajadores del hospital es inmensa, se ve en las redes sociales, en la puerta del hospital con familiares con carteles apoyando y ahora en el Obelisco. La última semana miles de historias y anécdotas de todo tipo y color llegaron a las redes y los medios, de madres que atendieron a sus hijos en el hospital, de personas adultas que en algún momento pasaron por la institución.
El hospital atraviesa horas decisivas enfrentando la motosierra de Milei. Durante el lunes se dieron importantes asambleas por sector, con una destacada del sector enfermería donde participaron alrededor de 150 trabajadoras y trabajadores. Discuten, de cara a una asamblea general convocada el martes la necesidad de unificar a los distintos sectores, unificar las medidas para ser más fuertes y cómo continuar una lucha que se ganó la simpatía masiva.
En la marcha de velas en el Obelisco participan residentes, distintos sectores de trabajadores del hospital como enfermería, todo tipo de profesionales del área asistencial, administrativas y administrativos, médicos y médicas, familiares de pacientes o pacientes que en algún momento se atendieron en la institución, así como personas que fueron para bancar la salud pública.
Es necesario rodear de la más amplia solidaridad esta pelea, si gana el Garrahan, es un triunfo en defensa de una atención de calidad y excelencia para las y los niños de todo el país, y para todas las trabajadoras y todos los trabajadores que día tras día ven caer su salario.
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