Aerolíneas Argentinas dejará de volar a Cuba desde el próximo 8 de marzo. La excusa, según explicaron fuentes de la compañía a varios medios, es que “el destino no resulta rentable”, aunque no aclaran si otras rutas aéreas corren con la misma suerte.

La línea aérea de bandera ofrece -hasta el 8 de marzo- una frecuencia semanal a La Habana. Sin muchos datos, las mismas fuentes dicen que en lo que va del 2023 la ruta aérea generó un rojo de medio millón de dólares.  “La decisión se basa en un análisis comercial que busca proteger y potenciar a la compañía, además de fortalecer y priorizar los destinos que le resulten más beneficiosos económicamente”, informaron a Infobae.

En ese sentido, se resolvió “mejorar la calidad del servicio” a Cancún, una ruta combinada entre Buenos Aires, Cancún y La Habana que ahora no tendrá más el tramo final. Esto permitirá “eficientizar las horas de tripulación de cabina, de pilotos y de otros servicios dedicados a este tramo”, explicaron.

Según adelantó la compañía, aquellos pasajeros que ya compraron su ticket para La Habana serán reubicados en vuelos de otras aerolíneas, sin ningún costo adicional.

En caso de querer cancelar su viaje, se les reintegrará el valor total del ticket.

Recientemente, el Gobierno anunció la reducción en un 43% de la cantidad de direcciones de la empresa, y el recorte en un 35% de los reportes directos a la Gerencia General.  En consecuencia, Aerolíneas Argentinas pasará de 14 direcciones a 8 y de 17 reportes directos a 11, como parte de su plan de racionalización.

Estas medidas se dieron a conocer a partir de la designación de Fabián Lombardo como nuevo gerente de la compañía, de la autorización de cesión parcial o total del paquete accionario de la empresa y del pedido de una política de “cielos abiertos” que impulsa el presidente Javier Milei.

Cuba, un enemigo para Milei

La decisión de Aerolíneas Argentinas de suspender su ruta a Cuba también puede leerse como un paso más del Gobierno de Javier Milei en su alineamiento con Estados Unidos y su distanciamiento de países que ubica en el extremo opuesto de su postura ideológica.

Durante la campaña presidencial, en más de una oportunidad dijo que “no promovería la relación con comunistas, ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua, ni con China”.

En los primeros días de su gobierno, de hecho, comunicó que no enviaría embajadores argentinos a Venezuela, Cuba y Nicaragua y solo mantendría la actual representación formal en esos estados a través de un encargado de negocios.

Tampoco invitó al acto oficial de investidura a los presidente Daniel Ortega (Nicaragua), Miguel Díaz-Canel (Cuba), Nicolás Maduro (Venezuela) e Ebrahim Raisi (Irán), para evitar el saludo con gobernantes que, según considera el ultraderechista, “violan sistemáticamente los derechos humanos en sus países”.

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