La medida se anunció en un escenario de fuerte tensión cambiaria: el viernes el dólar rompió el techo de la banda y el Banco Central vendió 1100 millones de dólares en tres días.
El Gobierno anunció este lunes la eliminación transitoria de las retenciones para la exportación de granos y carnes avícolas y bovinas. Según aseguró el vocero Manuel Adorni, la exención se extenderá hasta el 31 de octubre, después de las elecciones de medio término. La quita temporal de exportaciones para alentar la liquidación de exportaciones va a ser otro puente, en este caso para llegar a octubre. En el medio se especula con un préstamo del Tesoro de Estados Unidos y/o con una devaluación posterior a los comicios.
En medio de la fuerte subida del dólar, que rompió el techo de la banda, y la pérdida de reservas que se da luego de que el Banco Central vendiera 1100 millones de dólares en tres días e igual fracasara en su intento de contener la cotización de la divisa, el Gobierno busca otro puente para llegar con aire a las elecciones
Primero con la mega devaluación, luego con el blanqueo y posteriormente con préstamos, sobre todo el del FMI, Javier Milei intentó fijar el tipo de cambio como una de sus principales anclas. Al mismo tiempo, alentó importaciones sin control, destruyendo el aparato productivo y generando un fuerte aumento del desempleo, mientras una parte de la población aprovecha para consumir barato en el exterior.
Retenciones: un factor clave en la economía argentina
Los Derechos de Exportación (DEX), conocidos popularmente como retenciones, son tributos que se aplican en la aduana y gravan con un porcentaje determinado la venta al exterior de diferentes bienes, como los granos y sus derivados. Su existencia se debe a las particularidades de la economía argentina.
La agricultura pampeana, por ejemplo, gracias a la fertilidad del suelo y el clima, tiene un nivel de productividad promedio mucho mayor que la industria. La producción agropecuaria argentina genera alimentos destinados en su mayoría al mercado externo, un volumen muy superior a la demanda del mercado interno. Esto provoca que su principal destino sea el mercado internacional, que es el que fija los precios.
A pesar de su enorme capacidad de producción, el sector agropecuario no puede generar oportunidades de empleo para los casi 20 millones de argentinos que componen la población urbana económicamente activa.
Para generar ese empleo masivo es necesario el desarrollo de la industria y los servicios. Sin embargo, estos sectores necesitan importar insumos y bienes de capital, lo que genera una demanda constante de divisas. Históricamente, el agro ha sido el principal proveedor de esos dólares. Las retenciones nacieron con la intención de equilibrar esta estructura, canalizando recursos del sector agropecuario hacia el sector manufacturero, buscando agregar valor y generar más puestos de trabajo.
En períodos de crecimiento del poder adquisitivo, la población consume más bienes y servicios y por ende aumentan las importaciones, motivo por el cual Argentina suele sufrir presiones cambiarias ante la falta de reservas y la falta de credibilidad en su propia moneda.
Retenciones: una medida con idas y vueltas
Tras ser eliminadas en gran parte durante la década de los 90, las retenciones se restablecieron en 2002. El objetivo en ese entonces fue obtener parte de los ingresos extraordinarios que la devaluación a la salida de la Convertibilidad generó para el sector agroexportador y, a la vez, compensar el impacto de esa medida sobre los precios que pagaba la población.
Desde entonces, y con la excepción de un intervalo entre 2015 y 2018 (cuando solo se aplicaron a la soja), se han mantenido vigentes bajo gobiernos de distinto signo político. En aquel entonces MauricioMacri las eliminó como promesa de campaña al campo, pero las tuvo que reintroducir por órdenes del FMI tras el megaprestamo que pidió.
Ya en julio de 2024 el Gobierno había dispuesto la baja de las retenciones. Para el maíz y el sorgo las alícuotas bajaban del 12% al 9,5%, en el caso del complejo girasol los DEX quedaban en el 5,5% para el grano [contra el 7% anterior] y en 4% para sus derivados y en soja el grano pasaba a tributar 26% y 24,5% sus subproductos, en lugar del 33% y el 31% previos. El trigo y la cebada se mantuvieron con un 9,5% de DEX.
Más allá de su función como «dique de contención» de los precios internos, los derechos de exportación se han convertido en una de las mayores fuentes de recaudación del Estado. Según un informe de FUNDAR, en las últimas dos décadas representaron, en promedio, el 5,5% de toda la recaudación anual. En 2022, se posicionaron como el cuarto impuesto nacional de mayor recaudación, solo por detrás del IVA, Ganancias y los aportes a la seguridad social.