La situación actual de Red Bull Racing en torno a su segundo piloto ha abierto un intenso debate entre los aficionados y expertos de la Fórmula 1. Desde la salida de Sergio «Checo» Pérez, el equipo no ha logrado encontrar un compañero que esté a la altura del desempeño dominante de Max Verstappen.
Los intentos con pilotos como Liam Lawson y Yuki Tsunoda tampoco han dado los resultados esperados, como lo demuestra el reciente Gran Premio de Japón, donde Tsunoda terminó en la posición 12 sin sumar puntos.
¿Es el auto o son los pilotos?
La pregunta central gira en torno a si el problema radica en las habilidades de los pilotos o en el trato desigual entre los coches. Algunos fanáticos sospechan que Red Bull podría no estar preparando el segundo monoplaza con el mismo nivel de detalle que el de Verstappen, lo que explicaría las dificultades recurrentes de sus compañeros37. Sin embargo, otros argumentan que el problema es puramente de rendimiento individual, ya que Verstappen sigue demostrando una consistencia y habilidad excepcionales incluso bajo presión.
El desafío del segundo asiento
El historial reciente muestra que Red Bull no ha dudado en tomar decisiones drásticas con sus pilotos. Liam Lawson fue degradado después de solo dos carreras en 2025, mientras que Tsunoda, quien asumió su lugar, ha enfrentado dificultades para adaptarse al exigente RB. Incluso figuras como Christian Horner han reconocido que para ganar el campeonato de constructores se necesitan dos coches competitivos, algo que actualmente parece lejos de lograrse.
El peso del auto
Max Verstappen ha señalado que los problemas del equipo podrían estar más relacionados con el desarrollo del coche para 2025 que con los pilotos. Según él, el RB21 presenta desafíos técnicos significativos que afectan su manejo. Esto podría explicar por qué pilotos menos experimentados tienen dificultades para maximizar su rendimiento.
El futuro incierto
Con la presión creciente sobre Red Bull para encontrar un segundo piloto confiable, nombres como Daniel Ricciardo o incluso opciones externas han comenzado a sonar para 2025. Sin embargo, la falta de estabilidad en este rol sigue siendo un obstáculo para el equipo más dominante de los últimos años. En conclusión, el debate sobre si es el auto o los pilotos sigue abierto. Lo cierto es que Red Bull enfrenta una crisis estratégica en su alineación, algo poco común para un equipo acostumbrado al éxito. ¿Será capaz la escudería de resolver este problema antes de comprometer sus aspiraciones futuras?