El 3 de abril de 1895 marcó el inicio de uno de los juicios más emblemáticos de la historia literaria y social del siglo XIX. Ese día, Oscar Wilde, uno de los escritores más influyentes de su época, compareció ante el Tribunal Central de lo Criminal de Old Bailey en Londres, acusado de «sodomía y grave indecencia». Este proceso judicial no solo arruinó su carrera, sino que también dejó una profunda huella en la literatura y la sociedad victoriana.
El juicio de Oscar Wilde fue el resultado de una serie de eventos que comenzaron con una acusación de calumnia interpuesta por el escritor contra el marqués de Queensberry, padre de su amante, Lord Alfred Douglas. Queensberry había dejado una nota en el Albemarle Club que llamaba a Wilde «ostentoso sodomita». Wilde, ofendido, decidió llevar el caso a los tribunales, pero su intento de demandar por calumnia fracasó. En su lugar, se convirtió en el acusado cuando las autoridades británicas decidieron procesarlo por sus relaciones con hombres jóvenes, consideradas ilegales bajo las leyes victorianas.
El 3 de abril de 1895, Wilde se presentó en el tribunal con una actitud seria, vestido con levita y cuello de esmoquin, sin los adornos que solían caracterizar su estilo1. El juicio fue un espectáculo mediático, con una sala llena de periodistas y curiosos. Durante el proceso, Wilde fue sometido a un intenso interrogatorio por parte del abogado de la acusación, Edward Carson, quien buscaba demostrar que las relaciones de Wilde eran indecentes y contrarias a la moral pública.
Finalmente, Wilde fue condenado a dos años de trabajos forzados por «indecencia grave», una sentencia que reflejaba la intolerancia de la sociedad victoriana hacia la homosexualidad. Su encarcelamiento marcó el fin de su carrera literaria en vida, aunque su obra continuó siendo representada en secreto. Tras su liberación, Wilde escribió «La balada de la cárcel de Reading», un poema que reflejaba su experiencia en prisión.
El juicio de Oscar Wilde no solo fue un golpe personal para el escritor, sino que también tuvo un impacto duradero en la literatura y la lucha por los derechos LGBTQ+. Su valentía al enfrentar las acusaciones y su defensa del amor que «no se atreve a decir su nombre» lo convirtieron en un icono de la resistencia contra la opresión sexual.
En resumen, el 3 de abril de 1895 fue un día que cambió la vida de Oscar Wilde y dejó una marca indeleble en la historia cultural y social de la época. Su juicio sigue siendo un recordatorio de la lucha por la libertad y la aceptación en una sociedad que aún lucha por entender y respetar la diversidad humana.