Al comenzar su exposición en el Senado, el actor pidió defender los intereses de la cultura.
Luego de su exposición en el día de ayer en el Senado defendiendo la Cultura argentina, el actor Pablo Echarri explicó en la 750 en qué afecta al sector el proyecto de ley de Reforma Laboral impulsado por el Gobierno nacional.
Al comenzar su exposición, Echarri pidió defender los intereses de la cultura, así como “de los institutos culturales que la promueven y los espacios de comunicación que hacen tan virtuosa y realmente tan importante la cultura y la comunicación argentina a lo largo de toda la región y a lo largo del mundo”.
“No hacemos películas con el IVA de la leche”
Según el actor relató en la 750, “nosotros debíamos defender que, tanto la Cultura como la Comunicación, no tuvieran un apagón definitivo a través de la presentación de la reforma laboral que, además de regresiva y ruinosa para los trabajadores, tiene unos capítulos impositivos en el que derogaba gravámenes que eran parte de las asignaciones específicas de la Cultura y la Comunicación argentinas”.
Tanto en la presentación en el Senado como en diálogo con esta radio, Echarri puso como ejemplo de industria cultural a Estados Unidos y México.
“Es llamativo cómo cada uno de los países que buscan un desarrollo económico mira cada vez más las economías del conocimiento. La cultura, en general, es economía del conocimiento”, señaló.
“A través del talento y el conocimiento de los actores -que son parte de esa economía- generan un contenido que luego es perfeccionado, moldeado, aparece un equipo que lo perfecciones, lo eleva, luego se filma y, muchas veces, se construyen producciones y contenidos realmente de excelencia que viajan a lo largo y ancho del mundo”, agregó.
“Además de generar puestos de trabajo de gran calidad, es un excelente propalador de las actividades de un país; no solamente de sus talentos artísticos, sino también de su geografía, de sus espacios”, específico y puso de ejemplo una anécdota personal: “Después de ver Taxi Driver fui corriendo a conocer Nueva York a ver los lugares donde se filmó. Es decir, (el cine) es un maravilloso difusor de las riquezas y bellezas de un país. Nosotros tenemos que seguir apuntando hacia ese lado”, sostuvo.
“Nosotros no hacemos películas con el IVA de la leche que compra una familia pobre. Son impuestos generados por la misma actividad. Esos gravámenes son cobrados, AFIP los separa y, a través del Banco Nación los va entregando por goteo a cada uno de los institutos culturales. Lo que genera eso es evitar la discrecionalidad según los gobiernos de turno de cuanto debe tener la cultura para desarrollarse. Romper con ese esquema nos parece injusto y ruinoso”, concluyó.