El 16 de diciembre de 1989 falleció Oscar Alfredo Gálvez, a los 76 años, víctima de cáncer de páncreas en su casa de Palermo, Buenos Aires; el «Aguilucho» fue uno de los pilotos más laureados de Argentina, con cinco títulos de Turismo Carretera y 43 victorias.
Junto a su hermano Juan, dominó el automovilismo nacional, ganando siete Grandes Premios Argentinos y despidiéndose en 1964 con un Ford Falcon en la Vuelta de Junín. Poco antes de morir, el Gobierno porteño renombró el Autódromo Municipal 17 de Octubre como «Autódromo Oscar Alfredo Gálvez», hoy «Oscar y Juan Gálvez» en homenaje eterno.
Nacido el 17 de agosto de 1913 en Buenos Aires, Gálvez debutó joven y se convirtió en ídolo por su nobleza, simpatía y habilidad en pista, ganándose el respeto de rivales y público; Obtuvo también cinco triunfos en monoplazas. Fuera de la competencia, su carisma lo llevó a ser declarado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires, y su entierro en La Chacarita junto a Juan reflejó el duelo nacional por un héroe del deporte motor. Su legado no incluye solo trofeos, sino la popularización del Turismo Carretera como pasión argentina.
El fallecimiento de Gálvez coincidió con los turbulentos ’89, pero su partida unió a la familia del automovilismo en tributo a un pionero que elevó el TC a épica nacional; Hoy, el autódromo lleva su nombre como símbolo de velocidad y coraje patrio.
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