En el último informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) sobre las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, se destaca un récord histórico en la abstención con 5,6 millones de bonaerenses que no emitieron su voto, lo que representa un 39% del padrón electoral, la cifra más alta en la última década. Según el análisis del economista Claudio Lozano, este panorama electoral revela un profundo desencanto y una crisis de representación política.
El peronismo unido, compitiendo bajo la fuerza Fuerza Patria y sus aliados, ganó con 3,8 millones de votos, equivalente al 26,6% del padrón. Sin embargo, esta coalición sufrió una baja en el apoyo popular respecto a las elecciones de 2023 y 2021, lo que indica que su victoria se debió en gran medida a la caída de sus contrincantes y no a una recuperación orgánica de su base.
Por otro lado, la alianza conformada por La Libertad Avanza (LLA) y el PRO experimentó un fuerte retroceso, perdiendo más de 2 millones de votos en comparación con procesos electorales anteriores. Frente a este escenario, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad (FIT-U) tampoco logró capitalizar el descontento social, registrando también un retroceso.
Claudio Lozano destaca que «el voto hoy funciona más como un mecanismo para castigar que para premiar». Subraya que la ausencia de alternativas políticas creíbles lleva a que gran parte del electorado opte por la abstención, más que por elegir alguna fuerza en particular.
Este contexto abre un nuevo capítulo en la política bonaerense con la reciente decisión del gobernador Axel Kicillof de disputar la conducción del peronismo, lo que podría marcar el inicio de una reconfiguración dentro del campo popular.
En resumen, las elecciones en la Provincia de Buenos Aires dejan en evidencia un escenario de crisis política donde la principal protagonista es la apatía electoral, reflejo de un electorado desencantado y la falta de propuestas convincentes, según el análisis del IPyPP y Claudio Lozano.
