NO LA VEN: ARGENTINA EN LA TORMENTA DE LA GUERRA COMERCIAL GLOBAL

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La administración de Javier Milei insiste en que la economía argentina se encuentra en óptimas condiciones financieras, mientras el escenario internacional se ve sacudido por una guerra comercial liderada por Donald Trump que parece no tener fin.

Este conflicto, marcado por aranceles y tensiones entre las principales potencias, tiene implicancias directas para países como Argentina, que enfrentan desafíos económicos internos y externos.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su ofensiva contra China, acusándola de ser el «mayor abusador fiscal» y prometiendo medidas arancelarias más duras. Mientras tanto, la Unión Europea busca formar un frente común para negociar con Trump o, en su defecto, adaptarse a sus demandas reduciendo los aranceles a productos norteamericanos. Sin embargo, el mandatario estadounidense ha dejado claro que no negociará con bloques de países, complicando aún más las relaciones comerciales internacionales.

En este contexto, Argentina no ha sido favorecida como asegura el gobierno de Milei. El país enfrenta los mismos aranceles impuestos a otras naciones latinoamericanas como Colombia, Brasil y Chile. En algunos casos, estos gravámenes han aumentado significativamente, pasando del 1,2% al 10%. A pesar de ello, el gobierno argentino persiste en su discurso de desregulación económica y libre comercio con Estados Unidos, una paradoja evidente cuando el propio Trump adopta políticas proteccionistas.

La guerra comercial ha provocado un desplome histórico en los mercados globales. Otro «lunes negro» dejó a las acciones y bonos argentinos en números rojos. Esta situación complica aún más el panorama económico interno, mientras los periodistas oficialistas luchan por justificar las políticas del gobierno frente a una crisis que parece agravarse.

Por otro lado, Argentina busca un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para estabilizar su economía. Sin embargo, este proceso depende de un directorio compuesto por países afectados por las políticas arancelarias de Trump, lo que añade incertidumbre a la estrategia económica del gobierno.

En medio de esta tormenta global, la administración Milei enfrenta críticas crecientes por su enfoque económico. Mientras Trump refuerza su postura proteccionista y menos globalizada, Argentina parece atrapada entre su discurso de apertura económica y una realidad internacional cada vez más adversa.

La tensión entre las promesas oficiales y los hechos concretos sigue creciendo. La guerra comercial liderada por Estados Unidos no solo redefine las reglas del comercio internacional, sino que también pone a prueba la capacidad de adaptación de gobiernos como el argentino. ¿Podrá Milei encontrar una salida viable o continuará profundizando la vulnerabilidad económica del país? El tiempo será quien lo determine.

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