Ludwig van Beethoven nació el 16 de diciembre de 1770 en Bonn, Electorado de Colonia (actual Alemania), en una familia modesta de músicos donde su padre Johann lo formó rigurosamente desde los cuatro años.
Considerado puente entre el Clasicismo y el Romanticismo, compuso nueve sinfonías, 32 sonatas para piano y óperas como Fidelio, revolucionando la música con su intensidad emocional y estructuras innovadoras, pese a la ordena progresiva desde los 28 años. Su infancia marcada por abusos paternos forjó un carácter indomable, debutando como prodigio en Viena bajo Haydn y Mozart.
Beethoven trascendió lo técnico: la Tercera Sinfonía «Eroica» (1804) rompió convenciones dedicándola inicialmente a Napoleón antes de tachar su nombre al autoproclamarse emperador, simbolizando ideales republicanos. En su etapa final, compuso obras maestras como la Novena Sinfonía con «Oda a la Alegría», himno actual de la Unión Europea, dictando a escribientes mientras era completamente sordo. Su vida en Viena, apoyada por mecenas nobles, reflejaba tensiones de la Ilustración y las guerras napoleónicas.
El natalicio de Beethoven evoca un legado eterno en la cultura universal, influyendo en compositores argentinos como Ástor Piazzolla; su ejemplo de superación inspira artistas ante adversidades.