MATADOR EN VICTORIA HUNDE A VÉLEZ
Por la fecha 20 de la liga profesional de fútbol argentino en el estadio Don José Dellagiovanna, Tigre recibió a Vélez.
En el contexto de un cotejo atractivo, Tigre fue más a partir de una mayor voracidad ofensiva, expresada en el desequilibrio que mostró Armoa y en la capacidad de desmarque del mejor delantero del campeonato: Mateo Retegui.
Con esos simples argumentos, más el criterio exhibido en la zona central por el tándem Ezequiel Fernández-Lucas Menossi, los dirigidos por Diego Martínez explotaron groseras falencias en un rival que parece no sólo haber tocado fondo en el aspecto anímico sino también en el futbolístico.
A los 6m., un pelotazo puesto a espaldas del uruguayo De los Santos encontró a Retegui entrando en diagonal y cediéndole -taco mediante- el balón a Armoa, que llegaba por izquierda. El disparo del atacante paraguayo, ajustado junto al palo de Leonardo Burián, decretó la apertura de la pizarra.
Vélez buscó reaccionar y adelantó sus líneas, pero exhibió apreciables dificultades para poner en peligros a un combinado local, que tampoco fue tan sólido atrás. Sin embargo, cada vez que Tigre cambiaba el ritmo y apuraba al fondo visitante, la sensación de gol merodeaba el ambiente en el Norte del conurbano bonaerense.
Así, sobre los 22m., Armoa ganó una vez más en el mano a mano con Insúa y envió un centro pasado; Alexis Castro no pudo rematar y permitió el rechazo apurado de Guidara. Entonces, el balón derivó a la posición de Colidio, quien le pegó en forma violenta y aumentó las cifras.
El segundo tanto dejó prácticamente ‘groggy’ a un Vélez, que no pudo hacer pie en la mitad de la cancha y abasteció muy poco a sus hombres de avanzada. La diferencia pudo haber sido mayor, en esos 45m. iniciales, aunque un cabezazo de Retegui se estrelló en el palo.
En la segunda mitad, los cambios introducidos no le dieron mayores resultados, más allá de la frescura del pibe Santiago Castro. Es que, a los 10m. y para completar una jornada aciaga, el lateral Insúa se fue expulsado por una nueva infracción y dejó al visitante en inferioridad numérica.
Sin la obligación de sostener la presión alta, Tigre reguló el desarrollo y dejó que los minutos transcurriesen. Vélez, sin ideas ni empuje, mostró una caricatura del nivel que -por ejemplo- interpretó en la serie de octavos de final de Libertadores con River Plate (1-0 y 0-0), en donde parecía asomar como un conjunto en crecimiento. ( Télam )