El 28 de marzo de 2013, falleció en Buenos Aires Manuel García Ferré, el historietista español-argentino que con personajes como Hijitus, Anteojito y Manuelita marcó generaciones de niños en Latinoamérica. A 12 años de su muerte, su legado sigue vigente como símbolo de creatividad y valores humanos.
Nacido en Almería, España, en 1929, García Ferré llegó a Argentina a los 17 años, huyendo de la posguerra civil. Trabajó en agencias de publicidad mientras estudiaba arquitectura, pero su pasión por el dibujo lo llevó a crear Pi-Pío (1952), un pollito linyera que anticipó su estilo.
En 1964, lanzó la revista Anteojito, que se convirtió en un ícono infantil con 1.925 números publicados hasta 2002. Su estudio en el edificio Apolo de Buenos Aires fue cuna de personajes como Larguirucho, Petete y Calculín, que saltaron a la televisión con programas como El club de Hijitus (1968).
García Ferré fusionó humor, educación y valores en sus obras. Sus personajes, como Manuelita la tortuga (protagonista de una película en 1999), enseñaban sobre amistad y superación. En cine, destacaron Trapito (1975) y Ico, el caballito valiente (1983), que combinaban animación con mensajes sociales.
En 2009, fue declarado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires, y en 2012, su último largometraje, Soledad y Larguirucho, mezcló animación con la cantante Soledad Pastorutti.
Falleció a los 83 años durante una operación cardíaca en el Hospital Alemán. Sus restos descansan en el Jardín de Paz de Pilar. En 2014, Larguirucho se unió al Paseo de la Historieta de San Telmo, junto a Mafalda e Isidoro Cañones.
Su obra sigue siendo un referente educativo y artístico. En 2023, el Museo del Dibujo y la Ilustración exhibió originales de Hijitus, recordando su influencia en el humor gráfico argentino.
En este aniversario, se honra a un artista que, con su pluma, dibujó sueños y enseñó a soñar. Su legado perdura como un puente entre generaciones, demostrando que el arte infantil puede ser, a la vez, divertido y transformador.