En un reciente pronunciamiento conjunto, las dos CTA junto a la CGT lanzaron una convocatoria que busca visibilizar una realidad muchas veces oculta: detrás de cada producto que consumimos—ya sea lo que comemos, vestimos o utilizamos para trabajar—existe una extensa y compleja cadena global de producción.
Esta red abarca fábricas, talleres, campos y puertos, conectando países y trabajadores bajo las reglas impuestas por las grandes empresas multinacionales.
Una cadena global con trabajadores invisibles
La alerta de estas centrales sindicales es clara: muchas de las personas que forman parte de esta cadena enfrentan condiciones laborales precarias. Sueldos bajos, trabajo informal, falta de derechos y ausencia de protección social son el común denominador en numerosos sectores y regiones.
“Lo que consumimos a diario está atravesado por trabajo humano que debe ser reconocido y valorado”, enfatizan en el comunicado conjunto. “No podemos seguir mirando para otro lado mientras millones de trabajadores carecen de las condiciones básicas para una vida digna.”
La exigencia de trabajo digno y decente
El llamado que lanzan las dos CTA y la CGT es contundente: exigir que el trabajo detrás de cada producto sea digno y decente. Esto implica no solo mejoras salariales y la formalización del empleo, sino también la garantía de derechos laborales fundamentales, acceso a la seguridad social, condiciones de trabajo seguras y respeto a la libertad sindical.
“Detrás de lo que consumís, hay trabajo. Y ese trabajo merece respeto”, concluyen las centrales sindicales.
Este reclamo se enmarca en un contexto global donde las cadenas de producción son cada vez más globalizadas pero los derechos de los trabajadores siguen siendo vulnerados, especialmente en los eslabones más vulnerables.