El 18 de mayo de 1781 marcó un antes y un después en la historia de América Latina con la brutal ejecución de Túpac Amaru II en la Plaza de Armas de Cuzco, Perú.
Líder de la mayor rebelión indígena contra el dominio español, José Gabriel Condorcanqui, conocido como Túpac Amaru II, fue capturado tras una traición y obligado a presenciar la tortura y muerte de sus familiares y seguidores.
Su ejecución, que incluyó el intento fallido de descuartizamiento vivo y su posterior decapitación, fue un acto de terror colonial destinado a amedrentar a los pueblos originarios. Sin embargo, su legado de lucha por la justicia y la libertad continuó inspirando movimientos emancipadores en toda América del Sur.