En un emotivo mensaje publicado en sus redes sociales, Juan Grabois destacó la relevancia del logro de Ezequiel, un joven que, superando múltiples obstáculos, se recibió de abogado en una universidad pública.
Su historia no solo representa un triunfo personal, sino también un símbolo de la importancia de preservar y fortalecer la educación pública y los valores de justicia social.
Grabois expresó su orgullo por haber entregado el título a Ezequiel, a quien definió como “hijo de cartoneros, abogado de cartoneros”, subrayando así la conexión profunda entre sus raíces y su compromiso social. El dirigente social resaltó la lucha de Ezequiel, quien desde las calles del sur de la ciudad llegó a las calles emblemáticas de Figueroa Alcorta y Pueyrredón —una esquina que simboliza la “injusticia estructural”— sin recursos económicos, pero con el apoyo familiar y de sus compañeros.
«El progreso verdadero nunca olvida sus raíces. Progresar uno para impulsar a todos», remarcó Grabois, instantáneo a que el éxito individual sea un motor para el bienestar colectivo. Además, subrayó la responsabilidad que conlleva el título de abogado, destacando la necesidad de defender la dignidad y los derechos humanos con compromiso y corazón.
El mensaje de Grabois sobre Ezequiel pone en evidencia la importancia de la universidad pública como espacio de igualdad y oportunidad, fundamental para transformar realidades sociales y formar profesionales comprometidos con el pueblo.
La historia de Ezequiel es un claro llamado a valorar el esfuerzo y la perseverancia, así como a fortalecer las políticas públicas que garantizan el acceso a la educación para todos, especialmente para quienes provienen de contextos vulnerables. Un ejemplo de que con tenacidad, apoyo y solidaridad se pueden derribar barreras y construir un futuro más justo e inclusivo.