En plena campaña electoral para las legislativas de 2025, la coalición liberal La Libertad Avanza, liderada por José Luis Espert, se posiciona en la escena política argentina presentándose como una voz fuerte contra la inseguridad y el narcotráfico. Sin embargo, detrás de este discurso público, que busca capitalizar el descontento social con la violencia y el crimen organizado, se esconden serias contradicciones.
José Luis Espert, quien encabeza la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, mantiene vínculos directos con Federico «Fred» Machado, un empresario hoy detenido y acusado en Estados Unidos por narcotráfico, lavado de dinero y fraude. Machado, actualmente en prisión ya la espera de su extradición, figura en investigaciones judiciales estadounidenses como un importante eslabón en una red vinculada al narcotráfico.
Diversas investigaciones periodísticas revelaron que Espert recibió al menos 200.000 dólares de Machado en el año 2020, recursos que habrían sido destinados a financiar su campaña política. Además, en 2019, Espert utilizó un avión privado propiedad de Machado para viajes vinculados a actos de campaña, evidenciando una relación estrecha que trasciende los discursos políticos. Estas evidencias fueron extraídas de registros judiciales en Texas y de la investigación federal que persigue a Machado.
Este entramado pone en jaque la coherencia del discurso liberal tradicional, que se presenta como férreo opositor a la inseguridad y al narcotráfico pero que, en los hechos, está tratando con uno de los acusados más destacados en estas causas. La contradicción no solo desnuda un doble estándar, sino que genera una alarma sobre el vínculo entre política y redes delictivas en el escenario argentino.
Aunque Espert sostiene su enfoque en reformas económicas y seguridad más estrictas, su cercanía con figuras como Fred Machado abre una grieta entre la retórica y los hechos, contrastando la imagen de “mano dura” con su financiación personal y apoyo de sectores cuestionados. Esta situación exige a la opinión pública ya los medios un análisis crítico sobre la auténtica naturaleza de las alianzas políticas y la transparencia en la lucha contra el narcotráfico.
En resumen, mientras la política liberal enarbola la bandera de la seguridad y el combate al narcotráfico, su principal candidato José Luis Espert afronta la sombra de un vínculo cercano con un acusado por narcotráfico, abriendo así una paradoja inquietante y un capítulo oscuro en la política argentina contemporánea.