Además de atribuirle intencionalidad política a la marcha, la estrategia del Gobierno en el día después de la marcha fue enfatizar el discurso de que las universidades deben ser auditadas y a la vez echar un manto de sospecha sobre el manejo que hacen de los recursos que reciben del Estado.
La línea discursiva quedó clara en boca del vocero presidencia. «Parte de la defensa de la universidad pública tiene que estar dada también por las auditorías que queremos todos», dijo Adorni. En su repetición del tema hasta el hartazgo también llamó a las universidades a terminar «con la farsa de que a mí no me auditan porque soy autárquico». «Tenemos que auditar porque es lo que el ciudadano quiere, la gente necesita saber en qué se gasta cada uno de los pesos de su bolsillo que se van en impuestos», afirmó.
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