El presidente argentino Javier Milei sorprendió a muchos con la manera en que despidió al Papa Francisco en sus redes sociales. Su mensaje, que decía “A pesar de nuestras diferencias”, llamó la atención por ser una expresión poco común entre líderes mundiales, especialmente en figuras de derecha y conservadoras.
Durante años, Milei mantuvo una postura crítica y confrontativa hacia el pontífice. En varias ocasiones se refirió al Papa con términos muy duros, llegando a calificarlo como “el maligno sentado en el trono de Dios” y acusándolo de ser un “zurdo” y “comunista”. Estas expresiones generaron polémica y marcaron una relación tensa entre ambos.
Sin embargo, tras asumir la presidencia, Milei moderó su discurso y llegó a encontrarse con Francisco, mostrando una actitud más conciliadora. Su mensaje de despedida, aunque respetuoso, mantuvo un tono distante y formal, reconociendo las diferencias que los separaban y evitando un elogio más emotivo o cálido.
Este comportamiento contrasta con el de otros líderes conservadores y de derecha, quienes al despedir al Papa Francisco optaron por mensajes más sentidos y afectuosos. Mientras algunos expresaron condolencias con palabras cálidas y reconocieron la importancia del pontífice como líder espiritual y figura de diálogo, Milei eligió un camino más reservado y marcado por la historia previa de confrontación.
La despedida del presidente argentino refleja la complejidad de su relación con el Papa Francisco y muestra cómo, incluso en momentos solemnes, las diferencias políticas e ideológicas pueden influir en la forma en que se expresan los líderes mundiales.