LA BRECHA SALARIAL QUE MARCARÁ A DIEGO VALENZUELA COMO SENADOR BONAERENSE FRENTE A LOS EMPLEADOS MUNICIPALES DE TRES DE FEBRERO
Diego Valenzuela, actual intendente de Tres de Febrero y próximo senador provincial, se enfrentará a partir de su asunción una realidad salarial que multiplica por diez, como mínimo, el sueldo de los empleados municipales de su propio distrito.
Un senador bonaerense cobra hoy alrededor de 5.600.000 pesos mensuales , una cifra que contrasta profundamente con los salarios que perciben los trabajadores municipales, que varían según categoría entre 180.000 y 500.000 pesos aproximadamente. Esto implica que Valenzuela ganará, en el mejor de los casos, más de diez veces el salario de los trabajadores municipales incluidos en las categorías más altas.
Esta disparidad llama la atención en un contexto donde los empleados municipales cumplen funciones esenciales para el funcionamiento de la comunidad pero enfrentan sueldos muy inferiores a los cargos políticos, a pesar de las recientes recomposiciones salariales que el municipio ha otorgado para tratar de sostener el poder adquisitivo.
Valenzuela, que lleva casi una década como jefe comunal y es uno de los dirigentes con mayor imagen positiva en el conurbano [62% según encuestas], se prepara para dejar la gestión municipal y comenzar su tarea legislativa en la provincia. Su carrera política, ligada desde hace años al sector libertario y al PRO, ahora lo posiciona en un rol clave en la Legislatura bonaerense con la misión de fortalecer su espacio y disputar la gobernación en 2027.
Mientras tanto, la disparidad salarial entre su futuro salario y el de millas de empleados municipales evidencia desigualdades que generan cuestionamientos sobre la valorización del trabajo público, la justicia distributiva y la relación entre decisiones políticas y condiciones laborales concretas en la gestión local.
Esta brecha también se refleja en las críticas que Valenzuela ha recibido por las condiciones salariales de los empleados municipales, en contraste con las políticas de tasas que busca implementar y que, según sus palabras, buscan dinamizar la economía local y facilitar la inversión.
Un debate que trasciende su figura para poner en discusión cómo debería equilibrarse el reconocimiento económico entre las responsabilidades políticas y las tareas comunitarias permanentes que sostienen el funcionamiento diario de los municipios.
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