LA ARGENTINA DE MILEI: DEL DEBATE DE ARGUMENTOS AL DISCURSO DE ODIO PARA SOSTENERSE EN EL PODER

Foto Redes Sociales

En las últimas décadas, Argentina ha retrocedido notablemente en la calidad de su debate político. Anteriormente, existía un espacio donde ricos, sanos y diversos sectores defendían sus ideologías con argumentos profundos y discusiones fundamentadas. Hoy, en cambio, el discurso público está dominado por eslóganes simplistas y polarizantes, dejando poco lugar para el diálogo respetuoso y constructivo.

Actualmente, con un gobierno nacional que se autodefine como Liberal Libertario, el único punto de debate visible se reduce a consignas como «Kirchnerismo nunca más» o advertencias alarmistas sobre el supuesto «riesgo kuka». Esta pobreza intelectual y de argumentos se traducen en una sociedad fragmentada y enfrentada, fomentada por muchos periodistas que se alinean como «anti» y se colocan en una postura abiertamente peronista o contra el peronismo.

Mientras Argentina atraviesa una profunda crisis económica derivada de las políticas aplicadas primero por Mauricio Macri y ahora continuadas por Luis Caputo, reaparece el mismo discurso que intenta captar votos mediante el odio y el miedo. Se acusa al peronismo de ser una amenaza, incluso tildándolo de «golpista», desconociendo que, históricamente, todos los golpes de Estado en el país fueron dirigidos contra el peronismo y que este fue el único partido político proscripto durante 18 años.

Este lamentable escenario de discurso simplificado y prejuicios perpetúa la división social y obstaculiza el necesario diálogo para superar la crisis y construir un futuro más democrático, inclusivo y basado en ideas sólidas. La falta de un debate político maduro y pluralista refleja el desafío pendiente para Argentina: recuperar el respeto por la diversidad intelectual y por la historia que ha moldeado su democracia.

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