En las últimas elecciones queda más claro que nunca: los jóvenes argentinos cada vez sienten menos ganas de votar. La convocatoria masiva a las urnas ya no logra encender ese fuego idealista que alguna vez marcó la política juvenil. Tampoco, como muchos presuponen, ha habido un éxodo masivo hacia los discursos de “Libertad” o el conservadurismo. La realidad es más compleja, y exige una lectura profunda.
Este fenómeno no es solo un acto de apatía o rebeldía juvenil. Es resultado de un cambio poblacional que llega acompañado de una grave falta de formación política e histórica que interpela poco a las nuevas generaciones. Los jóvenes no se ven reflejados ni en los candidatos, ni en las estructuras partidarias, y mucho menos en las propuestas que no salen de los discursos tradicionales. Viven en un universo propio, donde las redes sociales dominan su atención y sus expectativas, donde planificar un viaje es quizá más urgente que pensar una patria distinta.
Además, para millones que se encuentran en condiciones de pobreza extrema o exclusión, la política lejana y distante sólo refleja el sistema que les ha fallado. El “Patria sí, colonia no” ya no es un eslogan con poder movilizador: la realidad cotidiana quita protagonismo a las banderas históricas.
Entonces, ¿cómo volver a enamorar a esta generación? El gran desafío del campo nacional y popular está en repensar su vínculo con la juventud: construir puentes que no sean solo retóricos, llevar la política a un lenguaje transversal, incluir formación política desde la escuela y en los barrios, y sobre todo, mostrar que otro país es posible no solo en discurso, sino en acciones concretas y urgentes que impacten sus vidas.
No se trata de caer en la ingenuidad ni en promesas vacías, sino en un compromiso real, de escucha activa, empatía y propuestas innovadoras. La renovación de la política argentina pasa por reconquistar el corazón de sus jóvenes, porque su desinterés hoy puede ser la exclusión del mañana.
¿Podrá el «Campo» nacional y popular responder a este llamado con la creatividad y el compromiso que demanda la nueva era?