Xiomara, una vecina de la localidad, dialogó con C5N sobre la realidad que se volvió cotidiana en su vida. “Estamos yendo con mis hijos a pescar al parque”, explicó, con una sonrisa, desde su bote.

“Ya estamos acostumbrados. Hace 15 años que vivo acá, pasamos como cinco inundaciones. Es lo que les toca a mis hijos y les va a seguir tocando. No creo que haya solución“, expresó. Mientras tanto, pese a no tener luz ni gas, la vida continúa, ya que gran parte de la ciudad no fue tapada por el agua.

El origen de la crecida del río está en las copiosas lluvias caídas en Misiones, en la naciente del río Uruguay. Eso, sumado a las precipitaciones en Entre Ríos, saturó el suelo, que ya no puede absorber agua. La Represa Salto Grande, unos 12 kilómetros río arriba, ocasiona los desniveles de agua, que sufrió una subida de 13,5 metros y ocupa las zonas costeras de Concordia.

Nenuco, vecino de la zona que acompañó la recorrida de C5N, contó que “estamos acostumbrados pero sentimos impotencia”. “Estamos parando adentro de los vagones. Por lo menos la noche la podemos pasar bien, pero cuando empieza a calentar el sol tenemos que salir porque son de chapa y se calientan”, explicó.

“Han hecho barrios para los inundados pero no se comparan con las casas que tenemos. Si me dieran una del mismo valor de la que yo tengo, me iría”, describió.

Si bien todavía puede seguir lloviendo, Nenuco anticipó que “el agua está bajando, para este fin de semana, ya no debería haber más agua”.

El hombre concluyó con una colorida anécdota sobre un vecino que vive a la vuelta de su hogar. “Se le metió un dorado de 15 kilos en la casa”, afirmó.

*Con información de Télam y C5N.