INGALTERRA Y ESTADOS UNIDOS LOS CLASIFICADOS DEL GRUPO B
Por la tercera fecha de la fase del Grupo B, en el estadio Anmed Bin Ali se enfrentaron Gales e Inglaterra.
Inglaterra no tenía y no debía especular. Y así fue. Salió con todo ante Gales. Y lo de “todo” tiene que ver con la disposición y predisposición para copar espacios, apoderarse de la pelota y desplegar jugadores en el frente de ataque. Apoyado en un esquema de cuatro defensores, tres volantes y tres delanteros, Inglaterra le puso intensidad a la cita. Personalidad también. Lo que le faltó fue justeza cuando tuvo sus chances.
Gales, que necesitaba los tres puntos, se vio absorbido por la posesión inglesa. Y se entregó a resistir, a aguantar por una posibilidad que le propicie un error inglés. Con ese plan, Gales apostó al esquema con cuatro defensores, dos volantes, tres medios más adelantados y un atacante. No le salió bien.
¿Qué tal las estrellas de la cancha? En Gales, nada de Gareth Bale. De hecho, fue reemplazado en el primer tiempo. O estaba lesionado o el entrenador Rob Page no toleró su poco aporte.
Del lado de Inglaterra, el aporte de sus jugadores fue abrumadoramente diferente. Muchísimo mejor. El capitán Harry Kane, por ejemplo, metió un pase gol para Marcus Rashford, quien perdió en el mano a mano ante el arquero Danny Ward.
El Kane que se retrasaba para meter ser asistidor, tendría más para dar en el segundo tiempo en ese rubro.
El primer tiempo se fue con las chances que protagonizó Phil Foden, con dos remates que pasaron cerca del arco galés.
En definitiva, los tres de arriba de Inglaterra habían estado en la conversación para marcar goles. Algo que se les daría en el inicio del segundo tiempo. Y rápido. Y seguido.
A los cuatro minutos, Rashford metió un gran tiro libre al palo del arquero. Al minuto siguiente, Kane aprovechó una pelota que jugó mal un defensor de Gales y asistió a Foden.
Inglaterra estaba 2-0 y resolvía el partido ante un Gales que le puso un poco de corazón con dos remates desde lejos de Kieffer Moore. Uno de ellos se desvió en Harry Maguire y debió interceder el arquero Jordan Pickford para que no sea gol.
Kane se iría sin su gol, pero con los aplausos de los ingleses que estuvieron en el estadio y le metieron tremendo clima con su típico cántico que combina palmas y se cierra con el grito de “Englaaaaaaaaaaad”.
El gol que no tuvo Kane sí lo tuvo Rashford, que venía de ser suplente. A los 23, el espigado y veloz delantero del Manchester United hizo un firulete en el área para esperar el momento justo de sacar un derechazo con final feliz gracias a la fortuna: dio en la pierna del arquero y se metió en el arco para el 3-0.
Un ratito después, Danny Ward, como en el primer tiempo, se impuso ante un nuevo remate y el 4-0 no llegó.
A esa altura, Gales se había desmembrado por las lesiones, que le obligaron a cambios inesperados. A los ingleses dirigidos por Gareth Southgate cada variante le rindió. Tanto que Inglaterra terminó el partido peloteando a Gales. Toda una muestra de que es uno de los candidatos.
( Información La Voz )
Resumen del partido por DSports.
En el otro encuentro del Grupo B, a la misma hora en el estadio Al Thumama se enfrentaron Irán y Estados Unidos.
EE UU salió a agarrar el partido. El choque era un monólogo dirigido por su pareja de mediocentros, Tyler Adams, y McKennie. Todo giraba a su alrededor, dueños del cuadro de mandos. Se aceleraba cuando ellos querían, se esperaba cuando lo decidían, se desactivaba el intermitente entusiasmo de Irán cuando se ponían en marcha.
Una paradoja: cuando suben las pulsaciones de todos, ellos se van soltando. Escogían avanzar por dentro, y ahí encontraban a Musah, sobresaliente con el balón y recuperándolo, y a Pulisic.
También a Sargent, una boya dispuesta a una noche de brega en cualquier momento, pero lejos de ser el más fino con la pelota. Si elegían abrir el campo, allí daban con Dest por la derecha, rápido, habilidoso e incombustible. Y en buena compañía. El ex del Barça, ahora en el Milan, encontraba a menudo por su zona a Weah, que se mueve a ráfagas en cuanto olisquea un espacio.
El partido era de Berhalter. Nada que ver con el día en que lo vio por la tele.
Irán tenía a la grada. El partido era una causa nacional de un voltaje de composición compleja, con muchos opositores al régimen disgustados con los futbolistas y muchos partidarios, suspicaces. Pero la grada los fundió cuando abajo se movió la pelota y sus futbolistas se vieron bailando al ritmo de la música de Tyler Adams, incapaces de salir de su canción.
Tenían dos elementos fuera de órbita, aguardando arriba una jugada extraviada. Azmoun urgía al portero a sacar en largo, a saltarse la maquinaria que los enredaba en el centro. Él pedía pelotazos y Taremi trataba de alcanzarlos. La pareja había sido lanzada a una especie de operación especial de la que las fuerzas regulares no querían saber nada. Si salía bien, celebrarían, pero mientras, apenas recibían envíos desesperados. A EE UU no le costaba aplacarlos.
Si Irán desatendía a su comando especial era porque debía ocuparse de taponar las grietas que le abría el rival. Además de haber armado una sólida pareja de mediocentros que gobernó el partido sin apenas lagunas, ha engrasado una rica colección de automatismos que acerca al gol a menudo.
Un leve cabezazo de Pulisic a las manos del portero, otro de Weah, un tiro alto desde dentro del área, todo con Sargent como gozne sobre el que se abría el camino a la portería. Se acercaban y se acercaban hasta que McKennie avistó desde el centro una carrera de Dest al área y le mandó la pelota a la cabeza al segundo palo.
El movimiento era un clásico. Por el otro llegaba Pulisic, que la empujó cuando se la dio el lateral. En el remate se estrelló contra Beiranvand, el portero que el primer día, después de otra salida, terminó conmocionado al chocar contra un compañero. Pulisic quedó fuera de combate, caído con honor en un choque de tintes geoestratégicos.
El equipo de Queiroz tuvo su mejor arma en dos centros al área a Pouraliganji. Uno lo cabeceó cerca del palo. En otro, cayó en el área, y los iraníes comenzaron un lamento por el penalti que no llegó y que continuó hasta que cayeron llorosos al suelo con el pitido final. La fe, el corazón, el alma a los que apelaba Queiroz no fueron suficientes contra el empeño de Berhalter.
( Información El País)
Resumen del partido por DSports.
El Grupo B, cerró de la siguiente manera:
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Inglaterra 7 puntos, 3 PJ, Dif +7
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EEUU 5 puntos, 3 PJ, Dif +1
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Irán 3 puntos, 3 PJ, Dif -3
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Gales 1 punto, 3 PJ, Dif -5