Exigen al Gobierno políticas que defiendan la industria nacional y advirtieron sobre la situación critica que atraviesa el sector.
El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, alertó por un clima de “incertidumbre” para el sector manufacturero durante 2025, ante la “ausencia de un plan industrialista” y las dudas que genera para las Pymes la heterogeneidad del crecimiento económico pronosticado para este año, la retracción de la actividad productiva, los costos de la producción nacional, la caída del empleo, la estabilidad monetaria y la multiplicación de las importaciones de productos finales.
“Las Pymes no apostamos a LIBRA, porque sólo invertimos para sostener las fábricas abiertas y mantener los puestos de trabajo, en un contexto en donde las ventas se contraen diariamente y los costos de la producción aumentan más que la inflación. Pero, estamos convencidos de que vamos a sacar al país adelante por el camino de la producción, y no a través de los negocios financieros. Sólo esperamos que el entusiasmo que el Gobierno puso en aclarar este hecho con la criptomoneda, lo aplique también en darle las condiciones a las empresas nacionales para que los argentinos dejen de perder sus empleos”, afirmó Rosato.
El presidente de IPA lamentó el “incremento desmesurado de productos terminados que ingresan al país, gracias a las mejoras impositivas que el Gobierno otorgó a las importaciones y a la falta de competitividad de las empresas locales”, y destacó que “el colapso de las terminales aeroportuarias por la demanda habilitada vía el sistema de Courier es una demostración de la falta de controles y de la poca interacción con el sector privado nacional para aplicar una política de comercio exterior inteligente, que permita competir en condiciones favorables”.
Según los datos oficiales, en materia de comercio exterior durante la segunda mitad del 2024 “las importaciones de bienes de consumo comenzaron a crecer de manera acelerada, alcanzando un incremento del 53% interanual en diciembre”. “Este repunte acelerado de los últimos seis meses contrasta con la caída generalizada en el consumo y la producción local, como lo demuestra la baja utilización de la capacidad industrial y la pérdida de empleo”, destacó el informe del Observatorio IPA.
Y agregó: “Este fenómeno indica un proceso de transferencia de consumo hacia productos importados, lo que está generando una competencia directa con la producción local, afectando principalmente a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y a los productores agroalimentarios. La aceleración de las importaciones, en un contexto de recesión económica y caída en el consumo, no solo pone en peligro el empleo, sino que también podría llevar a un proceso de desinversión en la industria nacional”.
Debido a la caída de la actividad económica en 2024 en torno al 2,8%, según los cálculos del Observatorio IPA, el consumo se retrajo en los supermercados en torno a un 10% durante el año pasado. También, “se perdieron más de 173.000 empleos, no solamente de trabajadores de la construcción o no calificados o subempleados sino, de personas con trabajo registrado, personal técnico y administrativo, profesionales, altamente calificados y científicos”. Gran parte de esa sangría se debió a que “11.000 empresas cesaron su actividad, de las cuales 490 eran empresas manufactureras”.
“En materia cambiaria, el peso argentino se apreció. Creemos que era necesario cambiar la política monetaria de la gestión anterior, en la que el Banco Central encabezado nos mantenía en un estado de devaluación permanente. Pero, en solo doce meses nos fuimos al otro extremo. El peso fue la moneda que más se apreció a nivel mundial, y eso está erosionando la competitividad de todo el tejido productivo argentino, tanto sea de la industria, la producción agropecuaria y los servicios. Es necesario un punto de equilibro”, reclamó el informe.
El análisis del Observatorio IPA alertó que “la posible eliminación del cepo sin suficientes reservas podría generar una devaluación abrupta, mientras que el acuerdo con el FMI por u$D 10.000 millones de dólares exige ajustes fiscales adicionales”. “A esto se suma el impacto negativo del escándalo presidencial por los criptoactivos sobre la confianza en los activos argentinos. La estabilidad cambiaria dependerá de la gestión oficial ante estas presiones y la frágil situación de las reservas”, añadió.