La Cámara de Diputados aprobó la creación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) con el argumento de que así se promoverá el ingreso de “grandes inversiones” a través de maquinarias e insumos para las empresas.
Sin embargo, el régimen le da un fuerte revés al gasto tributario del Estado porque permite las importaciones de equipamiento usado pagando cero por ciento de derechos de exportación, impuesto a las ganancias, pago del IVA, de Ingresos Brutos, tasa de estadística y derechos de importación. Como si fuera poco, obliga a las empresas nacionales a presentar balances en dólares.
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