GOLPE A LA PRENSA: EL ATAQUE A NAVARRO Y EL CLIMA DE ODIO INSTITUCIONALIZADO

Foto El Destape

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Roberto Navarro recibió un golpe en la nuca por parte de un agresor no identificado mientras caminaba por la Ciudad de Buenos Aires. Tras el ataque, fue derivado a una clínica donde se confirmó que, pese a las lesiones visibles, no corre peligro. El episodio ocurrió en un marco de creciente estigmatización de la prensa opositora por parte del gobierno nacional.

Un día antes del ataque, el presidente publicó en redes un mensaje que asociaba a los periodistas críticos con «sicarios». Navarro vinculó la agresión con este clima de hostilidad, aludiendo a la retórica gubernamental que presenta a los comunicadores como enemigos públicos.

El ataque se inscribe en una serie de acciones contra figuras críticas: amenazas con simbología vinculada a la última dictadura, acoso callejero a referentes opositores y burlas públicas hacia adversarios políticos desde el poder ejecutivo. La estigmatización sistemática de quienes cuestionan al gobierno genera un caldo de cultivo para la violencia física y simbólica.

La falta de condenas unánimes al ataque y la minimización del hecho por parte de algunos sectores mediáticos reflejan un escenario preocupante. Cuando el poder ejecutivo deslegitima el periodismo independiente, allana el camino para que hechos como este se interpreten como consecuencias «lógicas» de su retórica.

La omisión deliberada de colegas y la insinuación de que las críticas al gobierno «justifican» agresiones configuran un riesgo existencial para la prensa libre. Si el mensaje oficial continúa asociando disidencia con enemistad, los ataques dejarán de ser excepciones para convertirse en herramientas de censura efectiva.

La solidaridad con Navarro debe extenderse al rechazo tanto de la violencia física como de la simbólica impulsada desde las altas esferas del poder. Sin una condena clara del oficialismo, cada golpe a un periodista será también un golpe al estado de derecho. La naturalización de estos hechos marca una peligrosa deriva autoritaria que amenaza las bases del sistema republicano.

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