FRANCISCO, EL PAPA DE LOS POBRES

Lavó los pies a los migrantes, criticó al capitalismo y la destrucción del medio ambiente, predicó la compasión y el diálogo interreligioso. ¿Satisfizo el papa argentino las expectativas del Sur Global?
«Este papa transformará la Iglesia», dijo el teólogo de la liberación Leonardo Boff, en entrevista con DW en julio de 2013, poco después de la elección de Francisco.
Boff tuvo razón. Francisco ha transformado la Iglesia. Pero los cambios no han satisfecho las esperanzas depositadas en la elección del primer papa latinoamericano. El balance de sus doce años y 39 días de pontificado, finalizados con su deceso el 21 de abril de 2025, es ambivalente.
Críticas al capitalismo
Los inicios fueron promisorios. Millones de jóvenes vitorearon al papa en la Jornada Mundial de la Juventud en 2013, en Río de Janeiro, cuando habló de la «opción preferencial por los pobres”, lavó los pies a jóvenes presos y arremetió contra el capitalismo.
«Ya en sus tiempos de arzobispo de Buenos Aires, intercedió por los pobres de su diócesis”, dice el periodista argentino Miguel Hirsch, autor de una biografía de Jorge Mario Bergoglio, nombre secular de Francisco. A su juicio, su defensa de los pobres marca su pontificado. «Él puso mucho en movimiento, también con sus cerca de 40 viajes, la mayoría a países en desarrollo”, indicó. «Y siempre criticó el sistema capitalista».
Protector del medioambiente
Para la obra católica Misereor, uno de los méritos del papa es haber defendido el medioambiente. La lucha contra la pobreza y la devastación ecológica deben considerarse conjuntamente. Ese es el mensaje central de la encíclica «Laudato si», publicada en 2015.
«Con ‘Laudato si’, el papa apeló a la conciencia de los poderosos”, afirma Pirmin Spiegel, gerente de Misereor. «El arzobispo de Suva, en Fiji, Peter Loy Chong, me dijo una vez que, para la población local, el cambio climático y la migración son las cuestiones más importantes”, cuenta.
La influencia de las regiones en las que vive la mayoría de los católicos se ha incrementado en el Vaticano. Según dijo Boff a DW en 2013, Francisco quería «fundar una dinastía de papas del Tercer Mundo”.
