El dolor por la muerte del soldado Gómez, ocurrida en la Quinta de Olivos, se transforma en indignación abierta. Sus padres rechazan categóricamente la versión oficial que atribuye el hecho a un suicidio motivado por problemas personales y deudas, y suman denuncias por el silencio y la insensibilidad del Gobierno.
El epicentro de las dudas familiares recae en la supuesta carta de despedida que el joven granadero había dejado. «No creemos que sea de su puño y letra», expresó el padre del soldado en declaraciones a este medio. Ante esto, anunció su determinación de solicitar pericias caligráficas urgentes para verificar la autenticidad del documento, un paso que podría reabrir el caso y generar nuevos interrogantes sobre las circunstancias del proceso.
Lejos de disiparse, las incógnitas se multiplican con el paso de las horas. Los familiares denuncian no solo la opacidad en la explicación oficial, sino también un abandono total por parte del Estado. «No hubo pronunciamiento oficial, ni acompañamiento en el duelo, ni ayuda para el traslado», relatan desde Formosa, donde residen. Obligados a viajar por sus propios medios hasta Buenos Aires para recuperar el cuerpo de su hijo, se sintieron tratados con frialdad institucional, sin contención ni asistencia alguna.
Para los padres y allegados, la narrativa del suicidio «no cierra». Reclaman una investigación seria, transparente y respetuosa que incluya todos los testimonios y evidencias, con el fin de esclarecer qué ocurrió realmente en la Quinta de Olivos y honrar la memoria del soldado Gómez.