Alberto José Armando, conocido como «El Puma», presidente icónico de Boca Juniors durante más de 20 años, falleció el 27 de diciembre de 1988 en Buenos Aires a los 78 años víctima de una crisis cardíaca, dejando un vacío en el fútbol argentino y un legado imborrable en La Bombonera, estadio que lleva su nombre desde 2000.
Nacido el 4 de febrero de 1910 en Santa Fe, este empresario exitoso de la concesionaria Ford en Nueva Pompeya se radicó en Buenos Aires y ganó la presidencia xeneize en 1954-1955 y luego de 1960 a 1980, transformando al club en potencia continental con 12 títulos locales, dos Copas Libertadores (1977 y 1978) y la Intercontinental de 1977. Su muerte, ocurrida en vísperas de Navidad en un año de tensiones económicas bajo Alfonsín, coincidió con el fin de una era dorada para Boca, donde su carisma y visión comercial lo se convirtió en mito bostero.
Trayectoria Empresarial y Ascenso en Boca Juniors
Desde joven, Armando construyó un imperio automotriz con la mayor concesionaria Ford de Nueva Pompeya, lo que le dio recursos para invertir en Boca sin depender solo de cuotas sociales. Elegido presidente en 1954 tras Miguel de Riglos, modernizó La Bombonera ampliando plateas y luminarias, y en su segundo mandato (1960-1980) contrató a cracks como Rattín, Pernía y el brasileño Palhinha. Bajo su gestión, Boca ganó Metropolitano 1969, Nacionales 1970 y 1976, y brilló internacionalmente con Labruna y el «Menottismo» incipiente, aunque se enfrentó a una crisis financiera por la fallida Ciudad Deportiva en La Plata. Casado con María Mercedes Crespo, su familia lo apoyó en decisiones polémicas como ventas de jugadores para saldar deudas.
En 1977, Armando vivió la gloria máxima: la Libertadores ante Cruzeiro (global 4-3) y la Intercontinental vs. Borussia Mönchengladbach (global 5-2), con goles de Veglio y compañía en el Monumental, desatando fiestas en La Boca que definieron la identidad bostera.
Circunstancias de su Muerte y Funeral Masivo
La crisis cardíaca golpeó repentinamente en su residencia porteña, sin aviso previo pese a su vitalidad: Armando seguía activo en reuniones partidarias hasta días antes, desafiando a opositores como Antonio Alegre en las elecciones de 1986. Su velatorio en La Bombonera se reunió a 50 mil hinchas, con misa en la Catedral y entierro en La Chacarita, donde Perón (en 1974) y otros ídolos lo habían honrado previamente. Periódicos como Clarín titularon «Murió el Puma, padre de la gloria xeneize», y Macri lo inmortalizó renombrando el estadio en 2000.
Post-mortem, su sucesor Emilio Leveratto enfrentó deudas, pero el legado perduró: en 2025, con Boca en la era Riquelme post-Milei, La Bombonera vibra con su placa conmemorativa.