Cuando el avión que Eugenio Burzaco había tomado en Nueva York despegaba con destino a Buenos Aires, el futuro del exministro de Seguridad porteño ya estaba escrito.
El jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta había decidido pedirle la renuncia luego de que se conociera que estaba viendo el US Open cuando ocurrió el asesinato del ingeniero Mariano Barbieri en el barrio de Palermo. El anuncio se formalizó tras una reunión cara a cara y buscó hacer control de daños en medio de la campaña electoral y ante las críticas externas y los reproches internos. Gustavo Coria, exsecretario de Seguridad y hombre cercano al diputado Diego Santilli, será designado en su reemplazo.
La información oficial indicaba que Burzaco había viajado a norteamérica con el objetivo de mantener una serie de reuniones “con el FBI, la Policía de Nueva York, el Centro de Comando Conjunto de NYPD, el Departamento de Estado, autoridades de Homeland Security y con el secretario general de la OEA, Luis Almagro”. Sin embargo, la travesía del exfuncionario generó ciertas suspicacias por no tener una agenda clara. Es más, no se conocieron fotos ni videos de las supuestas reuniones. El único contenido que se hizo público fue el que se viralizó en redes sociales del dirigente del PRO disfrutando de un partido de tenis del argentino Juan Manuel Cerúndolo, en un momento de máxima convulsión por el crimen de Barbieri, asesinado de un puntazo para robarle un celular.
“Es una obligación moral cuidar a las familias argentinas”, lanzó en modo electoral la candidata presidencial de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich. “Cuando se pierde una vida, nada alcanza. Vamos a redoblar todos los esfuerzos para llevar más seguridad y tranquilidad a los porteños”, sumó el candidato a jefe de Gobierno Jorge Macri. Así, los dos postulantes buscaron rápidamente despegarse del episodio que, a dos meses de los comicios generales, originó un nuevo pase de facturas hacia dentro de la coalición.
Frente a los cuestionamientos, Burzaco adelantó su regreso. Ayer a la mañana se reunió con Larreta, quien le comunicó que sería desplazado de su cargo. Horas más tarde, fue el propio alcalde porteño quien informó la medida bajo el eufemismo de “cambios en el equipo de seguridad”. Y si bien aseguró que el ahora exfuncionario fue a Estados Unidos como parte de “un viaje oficial programado hace tiempo” y que puede “comprender” las actividades que realizó durante esa visita, justificó su despido con el argumento de que “el contexto actual requiere el 100 por ciento de nuestro trabajo y foco”.
De esta forma, Larreta confirmó que el reemplazante de Burzaco será Gustavo Coria, un licenciado en Ciencias Políticas, especializado en asuntos de defensa nacional y cercano al diputado Diego Santilli. “Gracias al trabajo de Gustavo y del equipo de Seguridad, para 2021 se llegaron a hitos como el índice más bajo de homicidios desde 1995 (convirtiendo a la Ciudad de Buenos Aires en una de las más seguras de América), o una reducción del 90 por ciento tanto en secuestros extorsivos como en robo automotor”, detalló Larreta en el comunicado para intentar exhibir gestión ante el obligado recambio.
Por otro lado, Genoveva Ferrero, que tuvo un rol central entre 2016 y 2019 durante el traspaso de la policía de la Ciudad, será quien ocupe la secretaria de Seguridad. La cúpula de la fuerza porteña también recibió duras críticas internas y el jefe de gobierno evalúa cambios en su estructura.
El exministro llegó a la cartera porteña en marzo de este año. Su arribo se dio luego de la renuncia de Marcelo D’Alesandro, quien quedó envuelto por la filtración de intercambio de mensajes con jueces y camaristas federales por el viaje al Lago Escondido en Río Negro. Además, la trascendencia de una serie de chats de Telegram expuso supuestas conversaciones entre D’Alessandro y Silvio Robles, uno de los asesores del presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, en las que discutían el fallo por coparticipación de la Ciudad.
Entre la licencia de D’Allesandro y la confirmación de Burzaco, la Ciudad estuvo más de 60 días sin ministro de Seguridad, en plena campaña de Larreta como precandidato presidencial.
Burzaco lleva varios años como parte de los equipos de seguridad del macrismo. A fines de 2009 reemplazó en el mando de la entonces Policía Metropolitana a Osvaldo Chamorro (exmano derecha de Jorge “Fino” Palacios). Antes había sido asesor de Seguridad del exgobernador de Neuquén, Jorge Sobish, durante el asesinato del docente Carlos Fuentealba.
El CV represivo lo completó desde la Fundación PensAR, donde compartió oficinas con el exagente del Batallón 601 de la última dictadura militar, Jorge Cirino. Su último cargo en la materia lo desempeñó entre 2015 y 2019 bajo el mando de Bullrich, como secretario de Seguridad de la Nación. Tuvo el control de la Gendarmería durante la desaparición forzada de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel.
El crimen y las críticas
Barbieri fue asesinado el miércoles a la noche de una puñalada en el pecho que le llegó al corazón por al menos un delincuente que le robó el teléfono celular cuando caminaba por el barrio porteño de Palermo, y si bien alcanzó a pedir ayuda en una heladería de la zona, murió al llegar al hospital. El ataque ocurrió cerca de las 22.45 cuando la víctima fue interceptada por al menos un ladrón en la zona de la Plaza Sicilia, a metros del cruce de la Avenida Del Libertador y la calle Lafinur.
Ayer a la mañana, previo a conocer la destitución de Burzaco, el candidato a jefe de gobierno porteño Leandro Santoro se pronunció y remarcó que la CABA es “‘la ciudad más segura de América Latina’, pero vamos por el 6to ministro de seguridad en 5 años…”. “¿Raro, no Horacio Rodríguez Larreta?”, cuestionó en redes.El diputado nacional ya había pedido la renuncia de Burzaco por su viaje. “Asumiste y te vas a Estados Unidos. Te enganchan viendo un partido de tenis y al día siguiente matan a una persona en tu ciudad, creo que tenés que renunciar”, expresó en declaraciones radiales y lamentó que en la Ciudad “todos tenemos la sensación que no la está gobernando nadie”.
En ese mismo sentido, la legisladora porteña por UxP Claudia Neira subrayó que hace ocho meses “la seguridad está sin conducción” luego de tres meses de licencia de Marcelo D’ Alessandro y “cinco meses de total ausencia de Burzaco”. “En estas condiciones, el nuevo Ministro de Seguridad -más aún en el marco de un gobierno saliente- debe tener el sostén institucional para gestionar. Es por eso que insisto, una vez más, en la necesidad de que se conforme y convoque al Consejo de Seguridad en cumplimiento de la Constitución y de la ley 1689. El compromiso de nuestra fuerza es con la seguridad de los porteños”, manifestó Neira.
Por su parte, la candidata a jefe de gobierno por el Frente de Izquierda Vanina Biasi sostuvo que el cambio de dos ministros en un año “es la prueba de que la seguridad de Larreta en la Ciudad es un verso” y consideró que Burzaco debería haber presentado su renuncia por su “responsabilidad política” en el asesinato del militante Facundo Molares durante la represión de la policía porteña el 10 de agosto en el obelisco.
“En ese momento Larreta preservó su impunidad y salió a bancar esta acción represiva. Ahora, el asesinato de Mariano Barbieris le sacó la careta a este gobierno, que presenta un relato totalmente mentiroso de lo que realmente ocurre en la Ciudad de Buenos Aires en materia de seguridad”, concluyó.
Fuente de información: https://www.pagina12.com.ar/
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