Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero y reciente incorporación a La Libertad Avanza (LLA), ha generado una fuerte polémica por sus declaraciones en redes sociales.
En un mensaje dirigido al gobernador bonaerense Axel Kicillof, Valenzuela cuestionó: “¿Y si en lugar de armar ‘una red y un escudo para defender los derechos de los bonaerenses’ empezamos por resolver los muchos problemas de los bonaerenses como el estado de las escuelas, hospitales, rutas e inseguridad?”. Sin embargo, esta crítica parece estar cargada de contradicciones que evidencian una falta de coherencia política.
Por un lado, Valenzuela reclama mayor presencia estatal para resolver problemas estructurales como la educación, la salud y la seguridad. Pero, por otro lado, milita en un espacio político liderado por Javier Milei que aboga por reducir drásticamente el rol del estado, incluso con propuestas radicales como eliminar ministerios clave. Esta postura ambivalente plantea interrogantes sobre su verdadera intención: ¿realmente busca soluciones para los bonaerenses o simplemente utiliza la crítica como herramienta política?
A esto se suma su actitud altanera y confrontativa en redes sociales. En respuesta a usuarios que lo cuestionaron, respondió con frases como “En tres años nos vemos en La Plata y no en el estadio único”, mostrando un tono despectivo que contrasta con la responsabilidad que debería asumir como figura pública. Este tipo de comentarios no solo alimenta divisiones sino que también refleja una falta de respeto hacia quienes expresan opiniones diferentes.
La controversia se agrava si consideramos el contexto político actual. El gobierno nacional ha paralizado obras esenciales en áreas como infraestructura y salud, lo que deja a los municipios en una situación crítica. En este escenario, Valenzuela podría haber optado por un discurso constructivo o propositivo; sin embargo, eligió atacar al gobernador mientras se alinea con un espacio político que promueve la desarticulación del estado.
Además, su reciente cambio del PRO a LLA refuerza la percepción de oportunismo político. Su decisión fue presentada como un movimiento estratégico para “consolidar el cambio”, pero también puede interpretarse como una búsqueda de supervivencia política en un contexto donde las lealtades partidarias están siendo reconfiguradas.
En conclusión, las declaraciones y actitudes de Diego Valenzuela ponen en evidencia una contradicción fundamental entre sus palabras y acciones. Reclamar más estado mientras milita en un espacio que promueve su reducción es incoherente; responder con soberbia a las críticas demuestra falta de humildad; y utilizar problemas estructurales para hacer campaña política resulta irresponsable. Los bonaerenses necesitan líderes comprometidos y coherentes, no discursos vacíos ni estrategias oportunistas.