El Correo Argentino volvió a incurrir en un error inadmisible para una empresa estatal al publicar en su sitio web un mapa donde las Islas Malvinas aparecen bajo el nombre británico “Falkland Islands” y su capital como “Stanley”, ignorando que las Malvinas son parte innegociable del territorio argentino.
Este tipo de equivocaciones no son simples “polémicas” ni “deslices”. Se trata de una falta grave y una muestra de negligencia institucional que contradice la Constitución Nacional y la política soberana que el Estado debe defender. La soberanía argentina sobre las Malvinas es un reclamo histórico, legítimo y reconocido internacionalmente, y cualquier uso de la toponimia impuesta por la potencia ocupante es inaceptable.
El error, que apareció en un mapa interactivo para buscar sucursales, fue atribuido a un proveedor externo y a una plantilla de código abierto, pero eso no exime a Correo Argentino de la responsabilidad de controlar y corregir inmediatamente contenidos que afectan la integridad territorial y el sentimiento nacional.
Además, este nuevo incidente se da en un contexto político delicado, donde declaraciones recientes del presidente han generado cuestionamientos sobre la firmeza del reclamo argentino, lo que hace aún más urgente que las instituciones públicas actúen con rigor y coherencia.
La reiteración de estos errores en organismos estatales demuestra una preocupante falta de atención y compromiso con un tema que no admite confusiones ni concesiones. Es imprescindible que Correo Argentino y todos los organismos estatales implementen controles estrictos para que no se repitan estas groserías que hieren la memoria y la soberanía nacional.
La soberanía sobre las Malvinas no es negociable ni objeto de errores: son argentinas, y así deben ser nombradas en todos los ámbitos oficiales.