EL NUEVO TABLERO DE PODER EN EL GOBIERNO: KARINA Y CAPUTO GANAN TERRENO TRAS LA SALIDA DE FRANCOS Y CATALÁN
Por Mariana Portilla
Javier Milei avanza en el rediseño del poder dentro del Gobierno. En ese marco, gana fuerza la posibilidad de que Santiago Caputo asuma el control del Ministerio del Interior, con competencias ampliadas que incluirían obras públicas, transporte y el vínculo con el sector privado.
Las salidas de Guillermo Francos y Lisandro Catalán, más que un temblor político, confirmaron el cambio de etapa dentro del Gobierno libertario. La llamada “ala dialoguista” quedó fuera de juego y, en su lugar, emerge una estructura más cerrada y vertical, diseñada para blindar al presidente Javier Milei y reforzar su núcleo de confianza.
Manuel Adorni, quien oficiaba como vocero presidencial, asumirá formalmente la Jefatura de Gabinete, un movimiento que simboliza la mutación del área más política del Ejecutivo en un espacio de control comunicacional. Con Adorni, Milei gana un ejecutor leal y comunicador disciplinado, pero pierde una figura con llegada transversal como Francos, clave en la etapa de negociación con gobernadores y bloques legislativos.
La atención ahora se centra en Santiago Caputo, el asesor de máxima confianza del Presidente, que podría asumir un cargo formal dentro de un futuro Ministerio de Gobierno. El área absorbería parte de las competencias del antiguo Ministerio del Interior, incluyendo Obras Públicas, Transporte y vínculos con el sector privado.
En la práctica, Caputo —definido en el oficialismo como “el cerebro estratégico” del mileísmo— pasaría a ser el verdadero articulador del poder dentro del Ejecutivo. No solo coordinaría las relaciones políticas, sino también las decisiones sobre inversiones y obra pública, un territorio históricamente sensible.

El avance de Karina Milei y el retroceso del PRO
Otro de los efectos inmediatos del reordenamiento es el ascenso político de Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia y principal consejera de su hermano. La salida de Francos deja vacante el rol de equilibrio entre la “hermana del Presidente” y el ala política más tradicional, que hoy se ve desplazada.
En paralelo, el PRO queda relegado. Mauricio Macri, que había intentado reposicionar a su fuerza dentro del Gabinete, perdió peso en la mesa de decisiones. La reciente fuga de diputados macristas hacia La Libertad Avanza confirmó que el liderazgo partidario de Macri ya no incide sobre el rumbo del Gobierno.
Fuentes cercanas a Balcarce 50 describen este momento como “la consolidación del mileísmo puro”, una definición que sintetiza la voluntad del Presidente de gobernar con un equipo de máxima confianza y sin intermediarios políticos.
Lo que viene: un gabinete de gestión directa
El rediseño del Gabinete que se perfila tras las salidas de Francos y Catalán responde a un patrón claro: menos política, más ejecución. Milei busca funcionarios que dependan directamente de él y no de acuerdos sectoriales.
Por eso, además de Adorni y Caputo, aparecen nombres como Luciana Carrasco —actual jefa de Gabinete en Defensa— y Alejandra Monteoliva, secretaria de Seguridad, quienes podrían ocupar lugares clave en la nueva estructura. Ambos perfiles responden a la lógica de “técnicos con lealtad directa al Presidente”.
En ese esquema, la toma de decisiones se concentrará en un triángulo de poder conformado por Karina Milei, Santiago Caputo y Manuel Adorni, con el Presidente como vértice único. Una estructura de máxima confianza, sin grises ni mediaciones.
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