EL LEGADO DE GERMÁN ABDALA EN TIEMPO DE DEBATE SINDICAL Y POLÍTICO

Foto El Destape

Germán Abdala fue un histórico dirigente de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y un referente clave del movimiento obrero argentino, cuya lucha trascendió la defensa de los derechos de los trabajadores estatales para recuperar los valores históricos del sindicalismo y la representación política obrera en la Cámara de Diputados.

Abdala inició su militancia en tiempos de dictadura, liderando paros y recuperando la democracia sindical en ATE, enfrentando a sectores que colaboraron con la dictadura militar2. Fue uno de los fundadores de la Agrupación Nacional Unidad y Solidaridad en ATE (ANUSATE), que devolvió al sindicato su carácter democrático y representativo.

En la década de los 90, Abdala militó intensamente en el peronismo y fue elegido diputado nacional. Sin embargo, cuando el gobierno de Carlos Menem giró hacia una política de derecha liberal con privatizaciones y recortes sociales, Abdala rompió con el bloque peronista y encabezó el «Grupo de los 8», una facción que se opuso al menemismo desde el peronismo, defendiendo los intereses de la clase trabajadora y denunciando el desguace del Estado.

Su legado más tangible fue la sanción de la Ley de Negociación Colectiva (Ley 24.185), conocida como la «Ley Abdala», que estableció el marco legal para la negociación colectiva entre los trabajadores estatales y la administración pública nacional. Esta ley garantizó derechos fundamentales en materia de estabilidad laboral, condiciones de trabajo, remuneraciones y otros aspectos esenciales para los empleados públicos. La ley no solo representó una conquista sindical, sino que demostró que los trabajadores tienen propuestas políticas concretas para mejorar sus condiciones y fortalecer su representación.

Tras su fallecimiento, el movimiento obrero transitó entre corrientes que siguieron sus ideas y otras que adoptaron una postura más cauta, defendiendo la autonomía sindical frente a cualquier gobierno, incluso peronista o nacional y popular. Sin embargo, la experiencia muestra que la neutralidad puede hacer perder de vista que es más efectivo dialogar y luchar con gobiernos que conceden derechos, en lugar de enfrentar gobiernos liberales donde el diálogo es prácticamente inexistente y la pérdida de empleos es una hemorragia difícil de detener.

En definitiva, Germán Abdala no solo fue un dirigente sindical valiente y comprometido, sino un político que recuperó la voz y la propuesta del movimiento obrero en la política nacional, dejando un legado que sigue siendo un faro para la lucha de los trabajadores argentinos

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