El presidente Javier Milei visitó el viernes 17 de octubre el partido bonaerense de Tres de Febrero en medio de un operativo policial masivo y un clima de fuerte tensión social, a solo nueve días de las elecciones legislativas. La Plaza de los Aviadores apareció vallada y protegida por efectivos de Gendarmería, mientras un grupo reducido de militantes acompañaba al mandatario y sus aliados políticos, y varios vecinos y manifestantes protestaban con carteles, silbidos y cánticos en rechazo a su llegada.
Milei llegó junto a referentes clave como Patricia Bullrich, Diego Santilli y el intendente local Diego Valenzuela, para enderezar la campaña de La Libertad Avanza en el conurbano. Desde la caja de una camioneta y usando un megáfono, el Presidente lanzó un mensaje confrontativo: “Tenemos la posibilidad de abrazar la civilización y las ideas de la libertad o caer en la barbarie comunista de los Kirchner”. A pesar de su discurso enfático, la jornada quedó marcada por los empujones y cruces entre sus seguidores y los opositores, que exigían “trabajo y no represión”.
El operativo de seguridad fue notablemente predominante, ocupando mucho más espacio que la propia militancia, y la resistencia vecinal dejó al descubierto el lado B de una visita presidencial atravesada por la división social y política. La tensión se mantuvo durante toda la breve caminata y el acto, con pequeños incidentes y una palpable fractura en la recepción popular a la figura de Milei en esta zona del conurbano.
Esta visita, que coincidió con el Día de la Lealtad Peronista y la concentración en apoyo a Cristina Kirchner en la Ciudad de Buenos Aires, reflejó la complejidad del escenario político a nueve días de los comicios nacionales, donde no solo se disputa votos sino también legitimidades en las calles y plazas del país.
Esta nota busca revelar el costado menos visible de la campaña presidencial, mostrando cómo la fuerte presencia policial y la protesta vecinal marcaron un contraste con la imagen de fuerza que buscó proyectar Milei en Tres de Febrero.