En las últimas semanas, las protestas de jubilados en Argentina han sido objeto de una intensa cobertura mediática, particularmente por parte de A24, que ha enfatizado la violencia y la participación de barrabravas en estas manifestaciones.
Sin embargo, esta cobertura ha generado preocupación sobre cómo ciertos medios y el gobierno nacional podrían estar intentando deslegitimar estas movilizaciones, etiquetando a los manifestantes como “barrabravas de La Campora” y desviando la atención de las demandas legítimas de los jubilados.
A24 ha destacado la violencia en las protestas, mostrando imágenes impactantes de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Sin embargo, esta cobertura ha sido criticada por centrarse más en la violencia que en las causas subyacentes de las protestas. La participación de hinchas, inicialmente vista como un acto de solidaridad, ha sido retratada como una amenaza a la seguridad pública, lo que podría ser una estrategia para desacreditar las movilizaciones.
El gobierno de Javier Milei ha adoptado una postura firme contra las protestas, con declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, indicando que estarán “listos para ir duro” si las manifestaciones invaden las calles. Estas declaraciones sugieren una intención de controlar y deslegitimar las movilizaciones, más que abordar las demandas de los jubilados.
Los jubilados han estado protestando cada miércoles frente al Congreso Nacional para exigir un incremento en sus pensiones y la restitución del acceso gratuito a ciertos medicamentos, afectados por las políticas de austeridad del gobierno. La participación de barrabravas en estas marchas ha sido vista como un apoyo significativo a estas demandas, más que una intención violenta o política.
La cobertura de A24 y las declaraciones del gobierno nacional reflejan una estrategia para deslegitimar las protestas de jubilados, desviando la atención de las demandas legítimas hacia la violencia y la participación de barrabravas. Es crucial recordar que el núcleo de estas movilizaciones son las necesidades urgentes de los adultos mayores, que buscan mejorar su calidad de vida en un contexto de crisis económica y social. La participación de barrabravas debe ser vista como un acto de solidaridad, más que como una deslegitimación de las protestas.