Aunque todo parezca una paz, calma y orden, sucede que todo lo contrario.
El fútbol Argentino hace años que parece vivir en estado de coma vegetativo. Campeonatos diferentes entre AFA y la LPF, apuestas ilegales en el Ascenso con clubes involucrados de varias categorías. Barras bravas que siguen dominando el escenario de la tribuna y los hechos policiales, hace poco un enfrentamiento de la Barra de San Martín de Tucumán termino con la vida de un hincha y todo siguió como si nada.
Sumado a eso, la desprolijidad de los campeonatos del fútbol Argentino. Se rumorea que la LPF analiza un torneo en primera división de 30 equipos o quitar los descensos, te cambian las reglas de juego permanentemente. En los países medianamente normales, los campeonatos se saben de antemano cuando comienzan y terminan, no existe el promedio para el descenso y participan no más de 20 equipos por categoría.
Algo que tranquilamente se podría hacer en Argentina, pero cuando la rosca de dirigentes puede más que el sentido común todo es un despelote. En el mientras tanto, el show continua y no se para.
Como diría Maradona “La pelota no se mancha”, en este caso parece que si se mancha.