Mientras la atención mediática y pública se centra en el fútbol de la AFA y disputas políticas menores, en Argentina un drama de magnitud alarmante pasa casi desapercibido. El fentanilo, un potente opioide sintético, ya se cobró la vida de 224 personas, pero ni un solo funcionario del Ministerio de Salud nacional ha salido a brindar explicaciones o a informar sobre las medidas que se están tomando para frenar esta crisis.

La ausencia de una voz oficial contrasta fuertemente con la explosiva reacción mediática vivida cuando el entonces Ministro de Salud, Ginés González García, fue duramente cuestionado por priorizar la vacunación de personas mayores relacionadas con la política antes que la ciudadanía común. A pesar de ser reconocido como un excelente ministro en la gestión sanitaria, González García fue defenestrado y nunca pudo recuperar su normalidad pública.

Por otro lado, Mario Lugones, referente clave en la investigación y denuncia sobre el avance del fentanilo, sigue sin aparecer en los espacios oficiales para explicar la gravedad del asunto, y el gobierno permanece en un silencio inquietante. Pocos portales de noticias han dado seguimiento a esta emergencia, y la causa parece diluirse mientras el reloj avanza y más vidas se pierden.

El fentanilo es una droga extremadamente peligrosa y adictiva, hasta 100 veces más potente que la morfina, y su difusión en Argentina representa un problema sanitario y social que requiere urgente atención, transparencia y acción por parte de las autoridades.

El silencio oficial y la falta de información a la sociedad generan una sensación de ocultamiento y negligencia que exige ser desafiada desde el periodismo independiente y comprometido con la verdad.

 

 

Sobre Nosotros

Por Claudio Gambale

Claudio Gambale 47 años , Periodista de Tres de Febrero.